Las sociedades occidentales están olvidando una cosa muy importante: hacer Periodismo

Hoy en día nos creemos todo. Todo lo que vemos, oímos, leemos… hemos perdido ese incentivo por buscar la verdad. Y todavía nos preguntamos por qué existen los bulos o las fake news. Y no solo eso, sino que denunciamos esto mismo puesto que no constituye ningún valor democrático, así como beneficioso para la sociedad. Pero el problema persiste, sigue estático. Y nadie hace nada.

«Pasar de verdad a relato. De información a narración. Dejar la noticia para pasar a una mentira»

La problemática de los bulos y las noticias falsas nos lleva persiguiendo indirectamente desde la proliferación de la tecnología y de las nuevas narrativas que surgen a raíz del Periodismo. Los blogs, las plataformas digitales, las redes sociales, representan la cuna de la desinformación. No obstante, también es clave destacar que todo este tipo de artimañas ya existían, no solo desde hace décadas, sino desde hace siglos. La propaganda militar ha sido y es un gran ejemplo de desinformación, puesto que se refiere al posicionamiento a favor de uno bando u otro. No aparece información veraz, simplemente información a favor o en contra de lo que dicha parte vea conveniente. Pero que quede claro que podríamos estar aportando más y más ejemplos como este. Simplemente era uno fácil.

Por lo tanto, podemos decir que estamos en una era más ligada al storytelling que a la propia búsqueda de la verdad. Porque, como bien dice Vidal-Beneyto, la práctica de contar historias es una nueva modalidad de comunicación que actualiza las estrategias de la persuasión y desarrolla y profundiza las técnicas de propaganda utilizando los recursos del universo narrativo para crear una estructura receptiva y un clima emocional favorables al logro de los objetivos de quien lo utiliza. Este es o debería ser el mayor miedo de la sociedad consumidora de información. Pasar de verdad a relato. De información a narración. Dejar la noticia para pasar a una mentira.

Anarquismo epistemológico

No solo supone una problemática para los lectores y consumidores, sino que también supone un grave problema para el periodista. Porque es aquel que se encarga de que se reciba información veraz, tal y como lo indica la Constitución Española en su artículo 20.1. De esta forma, podemos decir que se produce un atentado contra la credibilidad periodística que afecta a todo el mundo de la comunicación. Otro punto que considero relevante es la idea que quizá no se haya expandido lo justo, que es la de anarquismo epistemológico. No es mía, por supuesto, sino del filósofo Paul Feyerabend, quien propuso que la ciencia que todos conocemos funciona de acuerdo con unas normas fijas y universales, de tal forma que no es realista. Se refiere, por tanto, a la epistemología abierta, de manera que cualquier hipótesis vale.

No son leyes inamovibles, sino de ideas. Y esto está muy ligado a lo que comentaba anteriormente sobre el famoso storytelling. Esto es lo que ha dado pie a que, sobre todo, las sociedades orientales hayan desarrollado esta tendencia de anarquismo. Pero también se conoce con otro nombre; como Eco Chamber o Cámara de Resonancia, que viene a significar lo que venimos comentando. Es decir, todas aquellas personas que están en tu círculo en las redes sociales ya sean usuarios, o temas, o tendencias a los que el usuario siga, van a tener una misma visión. Podemos decir que se trata de una cúpula del pensamiento, donde no hay evolución alguna.

Hay una cosa segura y es que el periodismo no va a desaparecer con los años -cosa que ni creo ni quiero creer-, pero sí es verdad que hay tantas nuevas formas de hacer comunicación que lo que peligra, en este caso, es la verdad. Y ahí está el verdadero problema. ¿Dónde quedó la búsqueda de esta? Supongo que escondida en algún nicho de la Red. Pero yo qué sabré, si soy otra usuaria más de ese nicho.

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