Guerra, inanición, cólera y ahora coronavirus. Se trata de Yemen, un país situado al sur de la Península Arábiga y que acoge, según la ONU, “la mayor crisis humanitaria del mundo”. Un desastre poco mediatizado que, desde hace más de 5 años, recibe el nombre de “La Guerra Olvidada”.

Para entender la gravedad de la situación que achaca actualmente al país, hay que remontarse a la Primavera Árabe de 2011. Un levantamiento que se extendió por buena parte de los países árabes y que protestaba contra la corrupción política, el desempleo y la lamentable situación económica del país. Estos acontecimientos forzaron al entonces presidente del país, Saleh, a dejar el poder en manos de su vicepresidente, Hadi.

Aunque el pueblo esperaba que la transición política llevara la estabilidad a Yemen, nada más lejos de la realidad. El nuevo presidente tuvo que enfrentarse a diversas problemáticas, derivadas de los ataques del grupo terrorista Al-Qaeda, así como a la corrupción y a la inseguridad alimentaria.

Esto llevó al descontento y desmotivación de la población, que encontró el apoyo en el grupo rebelde de los “hutíes”. Eran insurgentes cada vez más poderosos que fueron ganando terreno y que, junto a muchos yemeníes, tomaron la capital y derrocaron a Hadi en 2015. Ante ello, el gobierno partió al exilio, no sin antes llamar a sus colegas sauditas para que les echaran un cable.

Este fue el caldo de cultivo que propició un giro dramático del conflicto en ese mismo año, cuando una coalición apoyada por Arabia Saudí bombardeó a objetivos de la oposición. A partir de ese momento, Yemen se sumió en una guerra civil multidimensional, que arrastra hasta hoy más de 7.700 víctimas mortales.

En la actualidad, el sur del país está bajo el control del gobierno, apoyado por la coalición liderada por Arabia Saudí, mientras que el norte está bajo los rebeldes hutíes, que cuentan con el respaldo de Irán.

Todo ello ha llevado a un clima de violencia e inestabilidad sin precedentes, aprovechado por militantes yihadistas de Al Qaeda y el Estado Islámico, para perpetuar ataques letales y sembrar aún más el terror entre el hambre y las ruinas.

La guerra ha destrozado ciudades enteras y con ellas el sistema de alcantarillado y saneamiento. Como consecuencia, la insalubridad, que reinaba a sus anchas, llevó a Yemen a sumirse en “el peor brote de cólera del mundo” en 2017, tal y como señala Unicef. Una pandemia que afectó a un millón de personas, de las cuales más de 2.000 murieron, muchos de ellos niños.

Actualmente, 3 de cada 4 yemeníes dependen de ayuda humanitaria; 2 de cada 3 no tienen acceso al agua potable y más de 20.1 millones de personas pasan hambre en el país. Además, entre los niños menores de 5 años, el 45% sufren malnutrición.

El país, inmerso en un desastre de magnitudes colosales y sin haberse recuperado, se ve arrollado por otra nueva pandemia, esta vez global: el coronavirus. Frente a él, un sistema sanitario completamente devastado por la guerra, con 1 de cada 2 instalaciones cerradas y bajo mínimos. “La gente se muere en las ambulancias, mientras espera camas vacías”, afirma una doctora. Una emergencia dentro de otra emergencia que deja aún más muertos en un país del nadie habla y sobre el que muchos callan.

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Un comentario en «¿Qué está pasando en Yemen? La crisis humanitaria de la que nadie habla»

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