No hace tanto tiempo, un «Buenas noches y hasta mañana» daba paso a una imagen – conocida como carta de ajuste – que permanecía en la pantalla hasta el ‘parte’ de la mañana.

La televisión pública española por aquel entonces era referente europeo en información. De hecho, era el único medio de comunicación autorizado en España para ofrecer información a los ciudadanos, mientras que las cadenas privadas, generalmente radios, se debían limitar al entretenimiento y la información deportiva.

Hoy, tras numerosas campañas por desacreditar los medios públicos, incluidas las del gobierno socialista de Zapatero, la televisión publica española lucha entre estertores por volver a ser el referente que un día fue.

Y es que en los últimos meses parece que los gobiernos ‘’del cambio’’ están apostando por reincorporar aquellos medios de comunicación públicos, autonómicos, que desaparecieron como resultado de la mala gestión de los directivos, o de los gobiernos.

El ejemplo más sonado ha sido el de TeleMadrid, que tras su clausura por la falta de viabilidad vuelve a la Parrilla con afán de recuperar lo que un día fue.

Pero el caso que a mí me toca más de cerca es ‘Canal 9’. Los medios de comunicación valencianos que el gobierno de Fabra tuvo a bien clausurar y que el gobierno de Oltra ha vuelto a abrir como mecanismo de campaña política, y con el fin de controlar la opinión pública valenciana, y lo que es peor, ponerla al servicio de los suyos.

A Punt Media, como se ha llamado la nueva RTVV, es el principal bastión de batalla de los gobiernos afines al separatismo catalán que pretenden conquistar las mentes de los valencianos con el fin de aumentar sus bastiones.

La radio pública, lleva varios meses en emisión, pero hace solo unas semanas que dieron comienzo los Servicios Informativos. Sin duda, los Informativos de una cadena son el eje central de cualquier medio de comunicación, los que sirven de sustento, los que marcan la linea del medio.

Pero por la ambición de poder decir: ‘’Hemos sido nosotros los que hemos reabierto la RTVV’’ han convertido los medios públicos de los valencianos en un teatro. Un teatro bochornoso que solo sirve para dar fuga a muchos millones de Euros.

Y lo que es peor, es que ahora quieren hacer lo mismo con la televisión. A Punt TV ya emite su carta de ajuste y sus pruebas, pero nada se conoce de los profesionales que integrarán la cadena. Por no hablar de la programación que servirán. Aunque todo apunta a que seguirá la linea de la radio, que basa el 80% de su programación en música en valenciano.

Sin dudarlo, los medios de comunicación valencianos se han puesto como mecanismo de ataque al gobierno central sin asegurarse que sirvan para ofrecer a los ciudadanos valencianos la información honesta e independiente que nos merecemos, la actualidad de nuestros pueblos sin sesgos políticos. Aunque parece complicado alcanzar la independencia informativa cuando el objeto de su creación ha sido la medalla al mérito que pretende recibir el nefasto gobierno autonómico.

Mientras tanto, los valencianos seguimos contribuyendo a pagar unos medios públicos, que por miedo no tienen control de audiencias, sus profesionales están claramente marcados ideológicamente afines al gobierno, y de los cuales cabe poner en duda si serán capaces de ponerse al servicio de los valencianos y no de los que les han puesto ahí.

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