Términos como ansiedad, depresión, estrés, sufrimiento e incluso suicidio son cada vez más frecuentes en nuestro día a día. Un año de pandemia después y en el principio de la segunda crisis económica en menos de 15 años, no es extraño decir que más de la mitad de la población se siente agotada psicológicamente. Este panorama no es algo nuevo, pero antes del Coronavirus no recibía suficiente atención y mirábamos a otro lado en lugar de enfrentar la realidad. El problema es que ahora no afecta a una minoría olvidada, sino que se está convirtiendo en un problema prioritario.

Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), en España el suicidio es la tercera causa de muerte no natural, por detrás de los accidentes de tráfico en primer lugar y los homicidios en segundo lugar. Por otra parte 6 de cada 10 personas han tenido síntomas de ansiedad o indicios depresivos en el último año. Según la encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) sobre salud mental de los españoles durante el COVID-19, el 35,1% reconoce que ha llorado debido a la situación  y un 41,9% asegura haber tenido problemas de sueño desde el comienzo de la pandemia.

Ignorada por la política

Iñigo Errejón, diputado de Más País ha sido el responsable de exponer la situación sobre la salud mental en España. El 24 de Febrero alertó en una sesión del Congreso de los Diputados de qué: “La cuarta ola ,(…), va a ser la de la salud mental y el Estado tiene adelantare y tiene que hacerse cargo”. La polémica se desencadenó ayer, cuando el popular Carmelo Romero gritó a Errejón “Vete al médico” tras reincidir en la necesidad de actualizar la estrategia nacional de atención psicológica. Además Errejón ha solicitado la duplicación del número de psicólogos en la seguridad social para que este servicio pueda llegar al mayor número de personas posible.

Antes de la pandemia, en Enero de 2020, el defensor del pueblo Francisco Fernández Marugán, ya solicitó al Ministerio de Sanidad la pertinencia de incrementar el servicio de atención psicológica que ofrece el Sistema Nacional de Salud (SNS). Según los datos, el ratio de psicólogos que trabajan para la salud pública por cada 100.000 habitantes es de 6. Una cifra tres veces inferior a la media de la Unión Europea y que ha aumentado levemente desde los 4,3 profesionales por cada 100.000 habitantes de 2010. Así pues son frecuentes las quejas en cuánto a la demora de las atenciones y la escasa periodicidad de las consultas.

El presidente del gobierno Pedro Sánchez ha declarado que el Ejecutivo está en proceso de actualización de la estrategia de salud mental y que esta va a disponer de una dotación de 2,5 millones de euros reflejada en los presupuestos generales de 2021. Las demandas de atención psicológica por ansiedad, estrés y depresión continúan aumentando de manera notable, así como el consumo de medicamentos antidepresivos, por lo que el gobierno debe preocuparse para remediar esta situación.

 

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Un comentario en «Salud mental pública, olvidada cuando más se necesita»

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