Hay personas que por su forma de ser se convierten en icónicas. Hace unos años muchos nos caíamos rendidos a los pies de Mario Vaquerizo, pero ahora es el turno de Isabel Díaz Ayuso. La candidata del PP a presidir la Comunidad de Madrid se somete al debate de investidura que le llevará a convertirse en Presidenta de todos los madrileños con el apoyo en coalición de Aguado y los votos de la ultraderecha de Vox.

Hasta Vallecas han venido las autoridades como Almeida, que miraba a Ayuso con orgullo, como los padres que ven a su hijo graduarse, a escuchar un discurso de investidura en el que la popular trataba de revolucionar Madrid sin que se note que llevan veinticuatro años en el poder. Ya saben, regeneración pero no mucho. Mientras tanto Isa Serra miraba con dolor el discurso de la popular. Y no es para menos.

Ayuso ha comenzado a leer su discurso con su habitual tono ágil y entusiasta. Ese que nos hace ser ‘ayusers’, fans acérrimos de nuestra casi Presidenta. En definitiva, la Libertad (con mayúsculas) ha llegado a Madrid. Isabel Díaz Ayuso ha llegado para romper las cadenas a esa Comunidad parece que lleva veinticuatro años en la profunda oscuridad. Y lo hace con medidas estrellas. Primero ha agradecido a Pedro Rollán su labor como Presidente de la Comunidad de Madrid por sorpresa, tras la marcha de Ángel Garrido a Ciudadanos. Después ha sacado pecho del agua de Madrid, que por si no tienen a un madrileño cerca, es la mejor del mundo, y punto en boca.

Una vez guardado el nacionalismo centralista, ha empezado a desgranar esas medidas que marcaran la agenda los próximos cuatro años. Ha anunciado la mayor bajada fiscal en la Comunidad de Madrid (sí, otra vez) y se compromete a bajar aquellos impuestos que el tirano de Pedro Sánchez suba a las rentas altas.

Tras citar a varios de los expresidentes de la Comunidad, salvo a Garrido y González, en un ‘comeback’ a los mejores tiempos de Mariano Rajoy, con frases inconexas y ha continuado con sus propuestas. Llegaba la educación.

Bachillerato obligatorio, luchar contra el acoso escolar sin hacer nada y becas irrisorias. Todo en orden. Con esto Ayuso introducía el núcleo duro de su discurso no sin antes mencionar a esos 179 discursos de la Comunidad de Madrid, «que pagan sus impuestos como todos». O casi todos

Ayuso se estaba haciendo de rogar. Llegaba la primera frase que nos hacía ponernos en pie a los fans de la futura Presidenta. «Para que Madrid siga siendo una región en libertad, hay otro factor esencial que debemos cuidar: la seguridad. Hace apenas unos días veíamos los homenajes a miembros de ETA que, incluso fomentados por Administraciones públicas, tenían lugar en el País Vasco y Navarra. Permítanme, señorías, pero no podemos consentir que, en un Estado de derecho, el verdugo tenga más reconocimiento que la víctima», comenzaba diciendo Ayuso. Se venía, y se vino.

«Les anuncio que la Consejería de Justicia pasará a denominarse Justicia, Interior y Víctimas del Terrorismo«, decía sin emoción. Igual van a dejar de mearse en las víctimas del mayor atentado terrorista que ha habido en Madrid, con Ayuso todo es posible. Yo espero la Consejería de Venezuela como mínimo.

También se puso emotiva. Bueno, a su manera. Con la energía de la voz del GPS decía que «no podemos construir un Madrid deshumanizado», en referencia al abandono de nuestros mayores. Y de paso se quitó el muerto del colectivo LGTBI sacando pecho de una Ley avanzada que carece de presupuesto, y por tanto, ejecución. A mí me da años de vida.

Tras dejarnos con las defensas bajas, hacía referencia a la corrupción. El Gobierno iba a ser el garante de la corrupción Momento en el que Más Madrid ha aprovechado para aplaudir y sacarnos a todos de un profundo letargo por el tono entusiasta de Ayuso.

Pero Ayuso tenía un as en la manga. Los ‘ayusers’ sabíamos que no nos iba a fallar, y como no, iba a ser en feminismo. «Yo lucho contra el machismo, pero no contra los hombres». Jaque mate Simone de Beauvoir. La futura Presidenta saca pecho de las mujeres del PP mientras deja por los suelos a la izquierda que se erige garante del feminismo porque lucha por los derechos de las mujeres.

Pero no todo acaba aquí. Mañana más y mejor, porque con Ayuso todo es posible.

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Un comentario en «Si no existiera, habría que inventarla»

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