
CAPÍTULO 1
HUIR
La España del año 2026 tendrá poco que ver con la nuestra. La paz habrá desaparecido de las calles y las instituciones democráticas apenas podrán controlar una situación en la que los extremos vuelven a enfrentarse como décadas atrás. Laura, para no presenciar la hecatombe, huyó al pueblo donde pasó la infancia, donde la soledad y el recuerdo de su mujer asesinada le perturban sus ansias de paz.
POR IVÁN TRIGO
CAPÍTULO 2
VENGAR
Nunca en mi vida me había atrevido a ponerle la mano encima a una persona. Y, ahí estaba yo. Había matado a una persona con un cuchillo. No creo ser capaz de justificar lo que hice, aunque me gustaría. Aquel hombre que yo había asesinado, una vez fue mi pareja. Pero no lo maté por eso. Mi acto podría considerarse venganza, y quizá eso justificaría (un poco) mis acciones.
POR BENJAMÍN SANTIAGO
CAPÍTULO 3
LUCHAR
Acabar. Acabar con todo y descansar para siempre. Desaparecer. Eso era lo único en lo que podía pensar aquella noche en el sótano. Aquel explosivo rudimentario, construido con restos de lo que un día fue mi vida, me iba a servir para acabar con todo, para culminar mi venganza contra una sociedad que ya me lo había quitado todo, que me había dejado sin lo que más quería.
POR RAQUEL BERNAL
CAPÍTULO 4
ESCONDER
Apareció enfrente de nosotros un hombre como de mi edad. Iba medio desnudo, con unos harapos como pantalones. Me pareció extremadamente conocido, el recuerdo iba apareciendo al mirar sus ojos verdes. Su pelo rubio y despeinado despejó todas las dudas: se trataba de Roberto.
POR INÉS MONTEAGUDO
CAPÍTULO 5
RESISTIR
Todo se había vuelto negro. Cuando por fin abrí los ojos, no sabía cuánto tiempo había pasado. Me sentía desorientada y todo daba vueltas a mi alrededor. Tenía la visión nublada y llegué a la conclusión de que me habían golpeado. Seguramente el dolor agudo que sentía en la parte posterior de mi cabeza se debía a eso.
POR LUCAS PASTRANA
CAPÍTULO 6
DESCUBRIR
¿Cómo podía ser verdad? ¿Seguía demasiado drogada como para imaginar un rostro que no era? Estaba en shock. Pasaron unos pocos segundos, lentos como horas, hasta que ella, preocupada, comenzó a agitar mis hombros para ver si reaccionaba.
POR IVÁN TRIGO
CAPÍTULO 7
SUFRIR
Hay cosas fáciles de asumir, y otras, no tanto. Es cierto que estaba acatando todo lo que me decían ciegamente, pero, ciegamente. Justo eso. Una parte de mí no podía estar más feliz.
POR BENJAMÍN SANTIAGO
CAPÍTULO 8
VOLVER
Cuando les vi, mi cuerpo se quedó paralizado por completo. No supe qué hacer. El impacto fue tan fuerte que no pude reaccionar. Aquello lo cambiaba todo por completo.
POR RAQUEL BERNAL
CAPÍTULO 9
LIBERAR
Allí, en mitad de una de las plazas más importantes de mi ciudad, me di cuenta de lo importante. Había una sociedad marchita que necesitaba beber de la verdad. Eso era fundamental, luego ya vendrían las reparaciones y los juicios a los culpables de tanta maldad.
POR INÉS MONTEAGUDO
CAPÍTULO 10
CONCLUIR
La imagen de la que había sido mi mujer siendo brutalmente asesinada, de nuevo, ante mis ojos me hizo sentir náuseas. Si pensaba que la primera vez que la había perdido me había afectado, nada pudo compararse con el dolor que sentí en ese momento. Algunas cosas no se volvían más fáciles con el tiempo; al contrario, eran más difíciles, mucho más complejas.