– Pensaba que si os lo contaba, nunca querríais ser mis amigos…- comenzó Oliver- Pero, aun así debeis saberlo. hace años yo era distinto. Era el tipo de persona que se habría metido con vosotros, que os hubiera insultado por ser diferentes.

Hace años, cuando estaba en el instituto, había una chica a la que insultaba a diario. Le gustaba vestir de una forma más masculina que al resto, y por eso, mis amigos y yo nos metíamos con ella. La llamábamos gorda, bollera, le decíamos que nunca conseguiría nada…Un día decidió que no podía más y se intentó matar. Se tomó un montón de pastillas y, si no llega a ser porque sus padres la encontraron a tiempo, ahora estaría muerta- añadió llorando- Si os sirve de consuelo, no hay día que no piense en ella, que no me arrepienta de lo que hicimos.

– Tranquilo, Oliver, aquí todos tenemos un pasado, unas heridas que cerrar y un montón de errores que nos gustaría poder corregir- dijo Rob, pensando en su familia- Pero lo importante es que estamos aquí, y, para tí, que ella aun está viva y puedes pedirle perdón. Y otra cosa ¿qué relación tiene con los chicos que hemos visto antes?

– El primero que empezó a insultarnos era su hermano, el mismo que amenazó con matarme cuando intenté ir al hospital a ver qué tal estaba ella, a pedirle perdón, a decirle que no se merecía ni uno solo de los insultos que le dirigí. Y ¿sabes qué? Que tú, Rob, no tienes la culpa de lo que les pasó a tus padres, aquello fue un accidente, pero yo sí tengo la culpa de lo que os ha pasado hoy, porque ellos solo quieren vengarse por lo que hice. Y tienen motivos de sobra.

– No, no los tienen- respondió Andrea- Ahora ú eres una persona diferente. Todos lo somos. Y has aprendido a vivir con tus errores y a ser mejor. Ellos no. Ellos no han cambiado, siguen creyéndose con derecho a insultar a lso demás, a hacerles sentir inferiores. Pero, con nosotros, no lo van a conseguir, porque somos más fuertes que ellos. Y, además, nos tenemos unos a otros.

– Y ahora ¿qué hacemos?- preguntó Rob- ¿Les denunciamos? ¿Hablamos con ellos? ¿dejamos que el tiempo pase sin hacer nada? Pero ¿Y si vuelven a por Oliver un día que no estemos nosotros delante?

– Chicos, esto es algo que debo ahcer yo solo- zanjó Oliver- Soy yo quien debe ir a hablar con ella, pedirle perdón e intentar que me entienda, aunque sea dificil. Este camino debo recorrerlo yo solo

– ¡No!- contestaron al unísono Rob y Andrea- estamos juntos en esto. En todo. No vemos a dejarte solo ahora.

 

El próximo domingo se publicará el siguiente capítulo. Su autor será Ángel Gómez-Lobo

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