Capítulo 9. ‘La aceptación’, por Vicky Moreno

—No me importa —dijo Marta alto y claro. Respiró profundo y salió hundiendo cada paso en la antigua aceptación.

Las mesas siguieron comiendo aun cuando a Oliver le costaba abrir los ojos. Antes de que alguien con cargo volviera, lo arrastraron detrás de la barra. Estuvieron un buen rato y nadie aparecía. Incluso a la clientela le parecía raro y cuchicheaba sobre irse pronto. Así pasaron los minutos hasta que el bar se quedó vacío, salvo por las tres almas tras la barra.

Oliver intentó incorporarse, pero no acabó lejos del suelo. Rob pateaba a su alrededor y Andrea decidió servirse una copa. Nada ayudaba. No estaban en condiciones ni de ir al hospital. Oliver volvió a intentarlo y el resultado fue el mismo. A Andrea se le acabó la botella y Rob no podía mantenerse más en el mismo metro cuadrado. Fue hasta la persiana y tiró para bajarla, chocando con una mano que la paró en un quejido.

Rob se quedó bloqueado. A esa mano le pasaba algo extraño. El cuerpo al otro lado levantó la persiana con respiración entrecortada. Su sombrero ocultaba la mitad de un rostro dañado, parecía, por un gran incendio. Los ojos cansados de ver se entrecerraron y la mano de madera se extendía ahora ante él como saludo. Y ahí se quedó, tendida.

—¿Me sirves un café o tampoco tendré ese placer? —espetó el anciano. Rob salió corriendo hasta la máquina. No sabía usarla, pero ese no era ahora el mayor de sus problemas.

Andrea le miraba desde abajo con Oliver en los brazos. Rob se llevó el dedo a los labios. Era mejor que no los viera. Si algo salía mal, uno y no tres. El caballero de siniestra figura se dedicó a escudriñar el lugar con sonrisa amarga.

—Dale para la derecha ­—indicó a Rob, que no acertaba con la máquina. Pareció funcionar: al menos echaba el café.

­—¿Es nuevo en el barrio? —le siguió la conversación sin guion alguno.

—No. Yo venía mucho por aquí.

—¿Y qué pasó?

—Lo mismo que a vosotros. Que me morí.

 

El siguiente capítulo de esta serie se publicará el domingo que viene. Su autor será Benjamín Santiago.

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