Las personas pertenecientes a la letra B de la comunidad LGTB+ han escuchado la palabra “vicio” al menos una vez en su vida refiriéndose hacia su orientación sexual, y ésta forma parte de una larga lista de prejuicios hacia la comunidad bisexual.

La bisexualidad  es una orientación sexual, que consiste en sentirse atraído de forma romántica y/o sexual  tanto hacia personas del sexo opuesto como hacia personas del mismo.

Hoy en día sabemos que la bisexualidad, al igual que la heterosexualidad y la homosexualidad, siempre ha existido a lo largo de la historia y que al igual que la homosexualidad, se ha censurado de alguna manera.

Sin embargo, la bisexualidad no siempre ha sido reconocida como una orientación sexual, sino que se veía como “una etapa de transición” que iba desde la heterosexualidad hasta la homosexualidad o viceversa.´

Éste es el primer mito al que se enfrenta la bisexualidad: “Es una etpa”.

Sigmund Freud hablaba de una bisexualidad innata en la que todo el mundo es bisexual al nacer y es la atracción (o no atracción) y la existencia (o no) del órgano sexual masculino lo que determina la orientación sexual definitiva.

 

Pero si bien es cierto que en cierta etapa de nuestra vida podemos plantearnos nuestra sexualidad, ésto no significa que entremos en un proceso de bisexualidad durante el tiempo en el que aclaramos nuestros gustos.

Declararse bisexual cuando surgen dudas sobre por qué sexo te sientes atraído es un error. Éstas dudas son algo común y es parte de la vida ser curioso y experimentar, ésta si es una etapa mediante la que te conoces a ti mismo abriéndote a más posibilidades, pero eso no te hace bisexual.

Hoy en día los investigadores sobre las distintas sexualidades, han determinado la bisexualidad como una orientación sexual más, ya que está condicionada por variables biológicas, cognitivas y culturales en interacción, lo que da lugar a diferentes tipos de bisexualidad.

Alfred Kinsey rompió la visión expuesta por Freud elaborando un espectro mediante el que la bisexualidad se medía la diferente proporción por la que las personas bisexuales se sentían atraídas hacia un sexo o hacia otro.

 

Nos encontramos aquí el segundo mito de la bisexualidad: “Para ser bisexual tienen que gustarte hombres y mujeres 50-50”.

Fuente: @MarikarmenFree en #orgulloybisexualidad Twitter

Kinsey elaboró su espectro con medidas del 0 al 6, siendo el 0 la heterosexualidad absoluta, mientras que el 6 sería homosexualidad total.

Las personas bisexuales afirman que, a pesar de sentir atracción por ambos sexos, es cierto que pueden sentirse atraídos de forma desproporcional hacia uno u otro, aunque eso no significa que sean más heterosexuales o más homosexuales, sino que simplemente hay distintas proporciones.

La crítica popular ha calificado siempre a los bisexuales de “viciosos” por el simple y mero hecho de que les gusten ambos sexos.

 

He aquí el tercer mito: “Los bisexuales tienden a ser más infieles

Muchos piensan que éste es el peor prejuicio que existe contra la bisexualidad, y es que se cree que al tener más amplitud de posibilidades es más probable que una persona bisexual sea infiel, del mismo modo que otros agregan que el motivo es porque no tienen suficiente, ya que les gustan ambos sexos y desean estar con ambos.

Ésto es un gran error. Las personas monógamas no contemplan la opción de estar con más de dos personas a la vez, por lo que, aunque te gusten mucho dos personas, al final te acabas decantando por una.

En éste caso ocurre lo mismo, ser bisexual no implica ser polígamo y de hecho, los expertos han concluido que la infidelidad no es una conducta innata como lo son las orientaciones sexuales sino que es un comportamiento decisivo, en el que la persona elige si realizarlo o no y no tiene conexión alguna con la orientación sexual.

Éstos son los tres mitos principales referentes a la bisexualidad, aunque hay muchos más que tienen relación con éstos mismos.

Por ejemplo, se dice que los bisexuales son más propensos a contraer enfermedades venéreas.

Ésto está estrechamente ligado con el mito de la promiscuidad, pero como ya hemos explicado con la fidelidad, ocurre lo mismo con la conducta sexual, cada uno elige como vivir su vida sexual y una persona bisexual tiene las mismas probabilidades de contraer ETS que una persona heterosexual o una homosexual.

También se dice que cuando una persona bisexual tiene pareja permanente de uno u otro sexo, es que se ha vuelto heterosexual u homosexual, pero una vez más, ésto es un error.

Nadie elige su orientación sexual, es algo innato que nosotros mismos desarrollamos y para una persona bisexual, estar formalmente junto a otra persona no implica que le dejen de gustar las personas del sexo opuesto a su pareja.

Los estudios sobre la bisexualidad continúan y cada vez se están desmintiendo más mitos en torno a ésta sexualidad, dejando claro que sí que existen las personas bisexuales y que no tienen nada que ver con los prejuicios sociales que se les ha impuesto.

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2 comentarios en «Bisexualidad: Del Amor al Vicio solo hay Prejuicios»

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