Hoy, 17 de mayo, es el Día Internacional contra la LGTBIfobia. Antes de comenzar a hablar sobre este día, es muy importante tener en cuenta que no es un día para celebrar. Este es un día para reivindicar y denunciar la situación actualmente vivida por las personas que forman parte del colectivo LGTBI.

Un poco de historia

¿Por qué el 17 de mayo? Se conmemora este día porque fue hace 28 años, en la misma fecha, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. El día se creó en 2004 y, tras un año de campaña, se conmemoró por primera vez en 2005.

Desde entonces, y cada año, se reivindica este día: cada año posee una temática específica diferente, es decir, un foco. En 2017 fue las familias, y este año es la solidaridad y las alianzas. El propósito de esta temática específica gira en torno a la idea de que, con personas aliadas, podemos llegar mucho más lejos que sin ellas. No solamente eso, sino también tener en cuenta otros colectivos oprimidos, por la razón que sea. Esto es muy importante, ya que una persona LGTBI puede sufrir más de una opresión y es muy importante tener en cuenta todos estos factores.

¿Se avanza?

Muchas veces, cuando hablamos de LGTBIfobia, el discurso que surge es que «ya no hay nada de lo que quejarse»,»la sociedad ya ha evolucionado» y «ya no se os discrimina», entre otros. En ciertos sectores, se sigue manteniendo la creencia generalizada de que la LGTBIfobia ya no es un problema, que no existe.

En torno ha esto, ha surgido en twitter un hashtag llamado #LGTBfobiaEs, en el que las personas denuncian situaciones discriminatorias, que a personas que no les afecta quizá podrían pensar que no lo son. Por ejemplo, algunas de estas situaciones sería que las parejas de personas del mismo género se invisibilicen constantemente, que no se tenga en cuenta que una persona que tiene relación con otra del género opuesto puede ser bisexual, asumir el género de una persona y otras muchas situaciones similares. Incluso no solo en el ámbito social, en el ámbito institucional y legislativo, los derechos de una persona que no forma parte del colectivo, y otra que sí, siguen sin ser los mismos. Incluso las personas trans siguen siendo patologizadas a nivel médico, como si su identidad fuera una enfermedad.

Visibilidad real

Otro aspecto importante que destacar es que no es el día contra la homofobia, no. El colectivo LGTBI no está únicamente comprendido por hombres cisgay, que es lo que muchas veces, con el vocabulario, se transmite. Esto no solo ocurre cuando hablamos de homofobia únicamente o de «orgullo gay» y otros conceptos, sino que también ocurre cuando centramos al colectivo en el amor. Lemas como «el amor es el amor» deja de lado a personas trans, por ejemplo, cuya opresión como personas trans no tiene que ver con ello. Además, cuando se utilizan consignas como: «no se permiten heteros», se está obviando que una persona trans puede ser heterosexual, y sigue siendo miembro del colectivo.

Porque, si sacamos una conclusión tras leer los testimonios que nos cuentan en redes sociales tantas personas, es que queda mucho por avanzar. Aunque se han conquistado muchos derechos, aún quedan muchos más por conseguir.

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