Todos hemos visto cómo se retrata la sexualidad en series y películas. Hoy, de especial atención es el orgasmo: una explosión de placer, fuegos artificiales, momentos de pérdida del control, éxtasis sin igual. Pero, ¿cómo funcionan realmente los orgasmos? ¿Estamos viendo unas expectativas irreales? ¿Gritaremos algún día de placer como en los anuncios de Herbal Essences?

Qué es un orgasmo, cómo funciona

La RAE lo define como la «culminación del placer sexual». Pero, ¿qué es realmente? ¿Qué ocurre en nuestros cuerpos cuando llegamos al orgasmo? Y, más importante: ¿De verdad es necesario «culminar el placer sexual» para disfrutar? ¿O solo es lo que han intentado vendernos?

Modelo lineal de Masters y Johnson

Masters y Johnson desarrollaron el modelo lineal de la respuesta sexual humana. Según este modelo, la respuesta comenzaría con una fase de excitación que podría durar de minutos a varias horas. Durante esta fase, aumentaría la tensión muscular, la frecuencia cardíaca y comenzaría la vasocongestión de los genitales (erección, tumescencia de labios, clítoris y glande). En cierto punto de esta excitación, aparecería la meseta, una fase en la que la agitación se mantendría constante.

Si la estimulación sigue regular durante este tiempo, se alcanzaría el orgasmo. Durante esta fase, hay contracciones musculares involuntarias (esfínter anal, vesículas, próstata útero, espasmos), aumenta la presión arterial y las frecuencias cardíaca y respiratoria. También se produce la liberación repentina de la tensión nerviosa. Durante la resolución, la fase inmediatamente posterior al orgasmo, el cuerpo vuelve a los niveles normales. Tal y como estudiaron los investigadores, las personas con clítoris podrían volver a la fase orgásmica a través de la estimulación adecuada; no obstante, tras un orgasmo peneano, el organismo debe pasar por un período refractario –lo que quiere decir que no pueden alcanzar otro orgasmo, pero sí una erección parcial o completa–, cuya duración es variable según la persona, las circunstancias y la edad.

Ahora bien, este modelo presenta algunos problemas, y es que únicamente se describió lo físico y puramente mecánico. No se tuvieron en cuenta cómo funcionan las fantasías, las expectativas, los vínculos emocionales y afectivos…, que son de gran importancia para el funcionamiento del orgasmo de las personas que tienen clítoris.

El modelo lineal de Masters y Johnson puede explicar el clímax masculino, pero, ¿qué otro modelo explica el resto?

Modelo cíclico de Basson

Según este modelo, no sólo la estimulación genital sería lo importante para alcanzar la fase de orgasmo, sino que se tienen en cuenta aspectos emocionales, físicos y cognitivos. Según este modelo biopsicosocial, la excitación podría darse a partir de la búsqueda de la estimulación (deseo activo) o bien a partir de un estímulo que comienza siendo neutro, pero que, si es adecuado, se transforma en un estímulo sexual positivo (deseo reactivo).

Desde esta construcción, el placer y la satisfacción (con orgasmo o sin finalizar en él) llegaría no únicamente con la estimulación, sino que tendrían un papel muy importante factores menos sexuales, como podrían ser: la excitación subjetiva, la intimidad, la comunicación, el afecto, la autoestima, el bienestar…

A partir de aquí, también es importante mencionar que el tipo de orgasmo que alcanzan las personas con clítoris no solo se resuelve de la misma forma mencionábamos en el modelo lineal de Masters y Johnson, sino que existen hasta tres tipos de orgasmos distintos:

  • Orgasmo explosivo. Sería el descrito por Masters y Johnson, funcionaría bajo los mismos parámetros.
  • Multiorgasmo. Es el más habitual de esta población. Una vez que se alcanza el primer orgasmo, que sería de menos intensidad que el nombrado en el apartado anterior, con la estimulación correcta, se podría volver a producir la excitación. ¿A qué se debe esto? Cuando hablábamos del orgasmo descrito por Masters y Johnson, dijimos que el clímax es la liberación repentina de la tensión. Pues, en este tipo de orgasmo, la tensión no se liberaría por completo, de modo que podría llegar a reanimar el juego. Cada orgasmo iría siendo menos intenso progresivamente.
  • Orgasmo sostenido. En este tipo de orgasmo, lo que sucede es que a la vez que la persona va descargando la tensión acumulada, también se carga. Esto conllevaría a un orgasmo temporalmente más prolongado que los otros, pero con una intensidad menor.

Generalmente, cada persona tiene un tipo predominante de orgasmo, pero en algún momento puede que suceda algún otro estilo, dependiendo del ciclo y de la estimulación.

La realidad del orgasmo

A pesar de lo que la industria televisiva y cinematográfica nos enseña: no. No hay fuegos artificiales, no perdemos la noción del tiempo durante un orgasmo. En la mayoría de caso no gritamos, no nos volvemos locos, no es el éxtasis que se promete. En muchas ocasiones, se disfruta de una relación sexual sin llegar al orgasmo, y acaba siendo tan satisfactoria como otra en la que sí se alcance –¡O más!–. Algunas veces los orgasmos serán más intensos, otras no serán para tanto.

Empecemos a manejar información más realista, y los resultados serán más satisfactorios.

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Un comentario en «El orgasmo: ¿Qué es eso?»

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