Outing, o, como lo diríamos en castellano: «sacar a alguien del armario», ¿es un problema? Para responder a esa pregunta, hace falta analizar lo que significa y, por tanto, lo que implica este término. Siendo esto, no solo a nivel lingüístico, sino social. 

Comencemos con una definición sencilla que es comúnmente conocida: salir del armario. En lo que respecta al colectivo LGTB, salir del armario es hacer pública (ya sea a una persona o más) la orientación sexual y/o identidad de género de una persona. Todo esto en el caso de que esa persona no encaje dentro de la cisheteronorma. Una persona heterosexual y cis no necesita salir del armario, ya que la sociedad asume automáticamente que todas las personas son cis y hetero.

Cuando una persona sale del armario (generalmente) hacemos referencia a que esa persona ha sido quien ha hecho pública su orientación/identidad. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando alguien hace eso público por nosotras?

Sacar a alguien del armario es lo que se llama outing. Esto quiere decir hacer público que una persona pertenece al colectivo LGTB sin su consentimiento. Es importante tener en cuenta que son muchas las situaciones en las que se saca a personas del armario sin saberlo. Es decir, podrías hacerle outing a una persona sin darte cuenta.

Un ejemplo claro de esto sería con personas activistas. Que una persona, en cualquier ámbito de su vida, haga pública su pertenencia al colectivo LGTB no nos da derecho a hacerlo público nosotras. Imaginad que una persona trans, por ejemplo, en twitter es visible, pero te la encuentras con un grupo de personas que podrían no ser abiertas con este tema. Si haces público que es trans, sin esta persona quererlo, podría sentirse violentada.

No solo puede darse con personas que en el ámbito público son visibles, podría ser un compañero que piensas que todo su entorno conoce su orientación/identidad, y no es el caso. Bajo el desconocimiento, podrías hacerle outing delante de personas que lo desconozcan.

Por ello es fundamental tener en cuenta que ser visible en un ámbito no implica serlo en todos. Cada persona escoge cuándo ser visible, cómo, donde y con quién. La voz es suya y no tiene por qué dar explicaciones si no lo desea. Hacerle outing a una persona constituye un acto violento y por ello debemos tener cuidado.

 

Imagen: William Way LGBT Community Center

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