El barrio de Castro, en San Francisco, el de Soho en Londres o el Barrio Alto de Lisboa son ejemplos de barrios LGTBI. Aunque sin duda Chueca es quizá el barrio más conocido. Este barrio madrileño es el último objeto de estudio de Ignacio Elpidio Domínguez Ruiz (Madrid, 1991).

Este antropólogo se encuentra terminando su doctorado en antropología en la Universidad Autónoma de Madrid, centrándose en el papel que supuso el World Pride en la promoción turística de Madrid. Ha publicado en diferentes medios de comunicación y ha impartido conferencias sobre la intersección de los estudios urbanos y de la diversidad sexual y de género, además de tours por la ciudad de Madrid. Es miembro de Arcópoli y ha estado ligado a la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB).

Encima, por si fuera poco, este madrileño también ha escrito ‘Bifobia’, el primer ensayo sobre bisexualidad en el activismo LGTBI español. Ahora presenta ‘Cuando Muera Chueca’, donde reflexiona acerca de Chueca ayer, hoy, y sobre todo, mañana.

Resultado de imagen de ignacio elpidio¿Por qué el barrio como concepto es importante para que se desarrollen los espacios LGTBI?

El barrio es importante porque acota y da nombre. Podría haber espacios para hacer vida social difusos por la ciudad, pero el hecho de que tenga un nombre hace que sea más fácil hablar de ello y que atraigan a gente a ello. Como si en los 70 hubiese hoy espacios LGTB dispersos por la ciudad sería más difícil que viniese gente a hacer turismo o a venir a Madrid. El barrio facilita.

¿En qué momento Chueca pasó a ser un barrio turístico?

Yo diría que cuando empezó a crecer el Orgullo. Habría que ver qué tipo de turismo porque yo veo en la misma línea el turismo de fin de semana y la gente que viene en un mismo día un día como puede ser un sábado por la tarde que vienes y te vas a tu casa. Chueca empezó como un sitio para quedar, donde habido turismo de la zona del área metropolitana de Madrid. Turismo internacional importante desde finales de los 90 y principio de los 2000.

En el libro hablas del concepto “sexsilio” donde hablas de personas que van o han ido a ciudades como Madrid para sentirse libres con su identidad u orientación sexual, ¿Por qué surge esto? ¿Es malo?

El sexlio completamente es malo porque obliga a ciertas personas a viajar y consumir para porder sentirse bien. Si no existiese habría menos personas visibles teniendo que venir a Madrid, Barcelona o a otras ciudades para ser felices. Podrían ser felices en otro lado. Puede que sea bueno para el mercado inmobiliario de Madrid, de Chueca y el comercio de ambos. Pero también pienso que tengan que venir personas de ciertos sectores profesionales para poder trabajar a Madrid es malo, no solo lo pienso en el sexsilio.

Comienzas el ensayo con una historia ficticia sobre dos personas que vienen a Madrid en pleno World Pride y descubren cómo es Madrid en el Orgullo ¿Por qué este inicio?

Es muy por deformación profesional porque lo habitual en la antropología es escribir etnografías que son representaciones de un colectivo con un problema social y casi siempre se intenta que sean muy literarias porque se consigue que llegue más a la gente, sobretodo por empatía. No estaba inicialmente así. Fue un amigo, que sale en los agradecimientos la que más ha afectado ese libro para bien que me dijo que por qué no metía una descripción de las mías ahí. Yo siempre escribo descripciones, desde hace años uso más el móvil que la libreta porque es menos invasivo para la otra gente.

¿Cómo entiendes Chueca en la actualidad?

En la presentación del libro dije que pensaba que el Orgullo era una especie de ornitorrinco porque era una mezcla de manifestación y cabalgata. Entonces yo diría que Chueca es una especie de ornitorrinco zombie porque tiene mezcla de diferentes momentos de la historia siempre con el mismo topónimo. Sigue teniendo para muchas personas un papel de faro de atraer a gente de fuera y cada vez es más excluyente y más caro. Es el barrio más caro del centro de Madrid y es de los barrios del centro de Madrid con menos supermercados baratos.

No es fácil vivir en Chueca. Además tiene un tejido social vecinal poco amigo del cambio. Se mezclan un conjunto de características que lo convierten en un sitio difícil de gestionar donde no va a estar nunca nadie contento. Es un muerto viviente de lo que era que tiene que ver hacia donde va. Tiene que ver si quiere convertirse en un parque temático turístico como el barrio de los Austrias donde vive poca gente en algunas calles o si quiere convertirse ser como Malasaña que ha crecido y se ha vuelto más denso en los últimos años. Está en un momento de incertidumbre.

¿Crees que precisamente por esto de convertirse en un «parque temático» con la gaytrificación acabará con el activismo en Chueca y por cómo se entiende Chueca?

Yo creo que no. La FELGTB aunque haga pocas cosas en Chueca tiene su sede ahí, COGAM está al lado y aunque si vas a la gente que atiende o pertenece a COGAM  por donde vive la minoría va a estar en Chueca y va la mayoría va a ser del centro. Entonces esto hará que se quede la idea aunque sea por memoria histórica. Salvo que en algún momento haya una exclusión excesiva y que haga que el activismo quiera olvidar a Chueca como pasó en París. El activismo pasó del barrio anterior porque se había convertido en un sitio excluyente, racista, clasista, machista y muchas cosas más. El activismo en Chueca no va a morir fácilmente.

¿Cómo contribuye el turista a Chueca?

Chueca no tiene turista medio porque Madrid no tiene un turista medio, tiene perfiles que son los mismos que hay en Chueca. Si tú me dices Sitges o Benidorm te puedo decir un turista medio, pero Madrid no y eso es bueno. En Chueca se pueden encontrar turistas de borrachera de piso de Airbnb que no consuman mucho en el barrio, pero también hay gente que va a hacer compras en Chueca que sí contribuye.

El turismo internacional joven se empieza a parecer cada vez más a Barcelona con el turista de borrachera, pero el turismo de mediana edad que viene a Madrid se deja mucho más dinero de media por día que los que se dejan en el resto de España. Dentro del turismo nacional hay lo mismo, entonces es muy variado para que Chueca no se convierta, por ejemplo, en la Barceloneta al no haber un modelo.

¿Qué crees que pasará con la gentrificación en el resto de barrios del centro como en Lavapiés tal y como decías que pasa en el barrio de los Austrias?

Creo que pasará como lo que ha pasado más veces en la historia de Madrid, que es que haya una bajada de ciclo. Ahora estamos en un momento en el que el centro se está convirtiendo cada día en un lugar más caro. La gente que vivimos en el centro somos gente de perfiles muy concretos, pero en un momento estallará, seguramente en unas décadas cuando los pisos dejen de renovarse por estar en malas condiciones.

Esto ha pasado en la historia de Chueca. Ha habido ciclos donde era un lugar caro y popular a otros donde era barato e ignorado. Esto pasa cada muchas décadas. Lo que a lo mejor cambia es que el papel de Airbnb y estos modelos, acelera el ciclo, pero yo creo que no lo voy a ver. En una generación o dos volverá a ser barato.

Además de ‘Cuando Muera Chueca’ escribiste ‘Bifobia’ y estás muy comprometido con los derechos LGTBI ¿De dónde viene este activismo?

Me viene de que antes militaba en partidos políticos y lo dejé por cuestión de ideología. Estuve medio año sin militar en nada y echaba de menos militar en algo, entonces conocí a gente de Arcópoli y llené mi vacío con Arcópoli, y no me arrepiento donde llevo cuatro años y medio. Podría ser activismo LGTB como podría ser política participativa. Necesito estar en algo que sea más allá de mí.

¿Cuáles son tus refetentes LGTBI?

Académicos Peter Druker que es un antropólogo y sociólogo que ha hecho etnografía y estudio comparado de diversidad sexual y de de género por todo el mundo desde una perspectiva muy marxista que yo comparto. A nivel español Paco Divarte, también como académico activista, Shangay Lily, que aparte éramos muy buenos amigos hasta que murió. También personas de la FELGTB que siempre han estado ahí y que he conocido cuando ya eran ex presidentas como Beatriz Gimeno y Boti García Rodrigo, que me han marcado mucho. Además de Ramón Martínez que es amigo íntimo desde hace muchos años.

Ya para acabar, ¿Consideras que hay algo importante que sea importante saber o que quieras contar?

Sí, el papel de la derecha que sale al final del libro. Me fastidió mucho la dimisión de Cristina Cifuentes porque creía que iban a cumplirse muchas de las cosas de las que escribo como ficción donde ella hubiese podido cargarse el activismo LGTB politizado coptándolo para la derecha. Hice una apuesta con un amigo y la perdí cuando dimitió. Yo pensaba que ella sería capaz de despolitizar el activismo LGTB porque tanto Ciudadanos como el Partido Popular tiene mucho activismo LGTB que está dentro de la FELGTB por ejemplo, que pueden tener un gran papel a la despolitización.

Con Ciudadanos no tengo ningún tipo de sorpresa porque me gusta casi siempre lo que votan en la Asamblea de Madrid y me gusta mucho la gente que hay, pero del PP no me fío nunca. Cristina Cifuentes me parecía muy peligrosa para el activismo LGTB. A lo mejor en la derecha surge otra figura que pueda cargarse el activismo LGTB y convertirse en una figura quinta columnista que se cargue el activismo desde dentro.

Si quieres leer ‘Cuando Muera Chueca’ puedes encontrarlo aquí, además de en librerías como Berkana o La Casa del Libro.

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