Sí, como lo lees: hablemos de la nueva temporada de La Casa de Papel y el papel de Belén Cuesta. Ojo, cuidado, spoilers are coming. No me hago responsable de posibles daños irreversibles, ¡avisadas quedáis!

Una vez más, se ha levantado la polémica por el colectivo LGTB. ¿Qué ha ocurrido? Que hemos vuelto a comer el mismo error: una persona cis interpretando un papel trans. Expliquemos la situación.

Con el estreno de La Casa de Papel, hemos conocido a un nuevo personaje, Manila. Manila es una mujer trans interpretada por –la grandísima– Belén Cuesta, que forma parte de la banda como rehén infiltrado. ¿Cuál es la polémica? Puedes preguntarte. Si Belén Cuesta es una mujer, y está interpretando a una mujer, da igual que sea cis o trans, ¿no?

Pues no.

Por qué la nueva temporada de La Casa de Papel es polémica

Por supuesto, todos estamos de acuerdo en que en el mundo de la televisión y el cine, todo el mundo debería poder interpretar los papeles que sean. Independientemente del género, de la orientación, de absolutamente todo: hablamos de actuación. El problema, es que eso solo sucede en una parte de la población. ¿Qué quiero decir con ello? Vamos a explicarlo con un simple ejercicio:

¿Cuántas personas cis han interpretado un papel de persona trans? Seguro que eres capaz de enumerar unas cuantas. ¿Cuántas personas trans han interpretado un papel de persona cis? Aquí, seguramente estarás empezando a recurrir a Google, y ya te lo adelanto: vas a frustrarte.

Esta es la única premisa a la que las personas del colectivo trans nos agarramos, y hasta que no cambie, no dejará de ser injusto que estos papeles se le den a las personas cis. Las personas trans tienen un índice de paro altísimo, dentro y fuera del arte. Si además se les roban sus historias así, no vamos a conseguir que avance.

¿Hay algo positivo?

Sí, claro que hay cosas que se han hecho bien.

Para empezar, ya es un paso hacia delante el hecho de que una mujer trans sea interpretada por una mujer cis. Es decir, que no se trate de un hombre con falda y peluca, cosa que parece una locura, pero que no hace mucho tiempo levantó también polémica –serie actual de Netflix, tos, tos–.

Por otra parte, es importantísimo el discurso que Manila mantiene en la serie. Así como Nairobi representa el feminismo en estado puro, Manila nos llena el corazón con sus palabras sobre quién es. Teniendo en cuenta el número de personas a las que llega La Casa de Papel, podemos contar esto como una victoria, aunque sea a medias tintas.

Conclusión

Como la propia Belén Cuesta dice: las personas cis pueden interpretar papeles trans y viceversa. Sí, pero es necesario trabajar más en ese viceversa, y todos estamos de acuerdo en que La Casa de Papel es una gran oportunidad de visibilidad para el colectivo.

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Un comentario en «La casa de papel: El papel de Belén Cuesta»

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