Si decimos «persona con trastorno mental», llegarán muchas personas a explicarnos todo lo que saben al respecto. La mayoría de ellas ni siquiera sabrán realmente de qué están hablando. O, al menos, más allá de lo que han visto en la televisión o han oído de su vecino. ¿Es esto peligroso? Sí, claro que sí.

La sociedad ha creado un modelo de persona con trastorno mental que tiene una peculiaridad: no coincide con los manuales. ¡Sorpresa! Independientemente de que tengan sus más y sus menos esos manuales, algo sabrán. Sin embargo, en lugar de buscar en alguna fuente fiable de internet (fiable, no un test de buzzfeed), defienden su postura.

Razones por las que alguien puede no «parecer tener un trastorno mental»

  1. Quizá se ha dejado el cartel de «tengo un trastorno mental» en casa.
  2. Entre los criterios diagnósticos no se encuentra: «parecer tenerlo».
  3. ¿Pero tú te has mirado el DSM-V o CIE-11?
  4. A ver… ¿eres tú su terapeuta como para saberlo?
  5. Es un trastorno mental, no algo físico que se vea. No sé, piénsalo.

Las apariencias engañan

Como sociedad, tenemos un problema (en realidad muchos, pero bueno). Y es que lo que no vemos, no existe para nosotras. Si lo veo, existe. Si no, no.

¿Hay alguna forma en la que se manifiesta lo que es el trastorno mental en sí? Claro, eso son los síntomas. Sin embargo, los síntomas no tienen por qué manifestarse en tu presencia. Busquemos un ejemplo sencillo para comprender esto:

Buscamos TEPT (Trastorno por Estrés Post-Traumático) en el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría). Entonces, uno de los síntomas dice lo siguiente: «recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del suceso traumático». ¿Yo puedo ver eso? No.

Es cierto que los síntomas de ciertos trastornos, en ocasiones, pueden percibirse desde fuera. Por ejemplo, podemos ver a alguien sufriendo un ataque de ansiedad. Pero, no siempre ocurre así. Al mismo modo que no hay una «forma» de la que deba ser una persona que tenga un trastorno mental. Igual que ocurre con cualquier colectivo, las personas son diferentes entre sí.

Los «requisitos» para tener determinados trastornos mentales no son unos estereotipos, sino unos síntomas y un diagnóstico. No es cuestión de apariencias. Con esas afirmaciones solo conseguimos que las personas tengan miedo a pedir ayuda o admitir que tienen un problema, ya que piensan que no cumplen ese estereotipo. Por esta razón, es peligroso decir que alguien «parece no tener un trastorno mental», ya que es algo que a simple vista no podemos saber.

No es cuestión de que parezca o no, sino de que se tenga o no, sin más.

Imagen: El Colombiano

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