Vivimos en una sociedad vacía incapaz de aceptar su naturaleza sentimental, una en la que ser fuerte implica callar.
Artículo de opinión
La opinión de las firmas de Código Público: artículos, columnas, tribunas.
Hace más de seis meses del inicio de la pandemia y hoy se cumplen dos semanas desde que estoy confinada en un barrio madrileño con demasiados casos.
Diariamente olvidamos información de la que no nos percatamos y probablemente no volveremos a tomar consciencia de esos recuerdos jamás. En el fondo, cada uno de nosotros puede experimentar lo que un paciente de Alzheimer en una escala infinitamente reducida y sin manifestarlo de cara al mundo. La memoria es frágil como la cerámica pero maleable como arcilla en el torno. Y es que la debilidad de cada uno de nosotros se manifiesta ahí, en la construcción a fuego lento de nuestra personalidad, en la importancia que cada momento tiene de cara al futuro y en cómo somos capaces de cambiarlo y modificarlo todo en silencio como la programación de una máquina.
La situación actual de la hostelería es prácticamente insostenible. Un sector que aún no ha muerto pero que desde hace meses agoniza tras verse fuertemente afectado por la pandemia del coronavirus.
Como una segunda parte a Doble Cerradura, llega De Vuelta sobre el manejo de la depresión tras experiencias traumáticas.
Vivimos tiempos de incertidumbre, duda y vacío. El miedo es una emoción primitiva de supervivencia pero, ¿serías capaz de vivir sin él?
Comenzamos nuevo curso tras un verano atípico y un panorama en los próximos meses que…
Durante estos últimos meses, he mantenido la hipótesis de que realmente no sabemos hasta que punto las redes sociales influyen en nuestras vidas. Hay un problema en entender que ese «mundo virtual» es igualitario al real, pues no lo es. Las redes sociales están llenas de personas que utilizan la invención a propósito para exponer una supuesta vida perfecta, que una vez el móvil se apaga, deja de serlo. Y no son estas personas culpables, pues es lo que se ha normalizado en las vidas de todos nosotros.
¡Ya está bien! ¡Dejad de una maldita vez a las personas trans! ¡SÓLO QUIEREN SER Y VIVIR TRANQUILAS!
El coronavirus ha llegado para quedarse: en verano también, pues parece no conocer acerca de temporadas bajas o altas, de calor o frío, de hoteles, hostales o pisos residenciales; de aviones, de trenes, de coches o barcos. Está cómodo en cualquier sitio. Aún más en aquellos donde algunas personas le abren la puerta sin siquiera haber tocado el timbre. ¿Alguien creía que el virus se iba a ir con todas las comodidades que le estamos brindando?