Eurovisión se ha posicionado como el espectáculo de música y audiovisual referente en Europa. Desde hace más de 60 años, una ciudad del continente acoge con cada edición un despliegue colosal de luz, sonido, estilistas, alimentación y otros servicios. Un espectáculo que a escala mundial solo supera (en ocasiones) la Super Bowl norteamericana.                    

No obstante, el gigante de Viacom MTV les está pisando los talones con sus galas anuales: los MTV VMAs y los MTV EMA. Los primeros se realizan anualmente en los Estados Unidos, pero los EMA se celebran cada año en una ciudad Europea diferente, y en esta ocasión, Bilbao fue la elegida.

El evento se estaba preparando desde hacía al menos un año, y es que prácticamente nada podía quedar a la improvisación. El espectáculo se iba a retransmitir en más de 180 países, llegando a cerca de 500 millones de hogares, además de los miles de espectadores presentes en el Bilbao Exhibition Centre.

Y así ocurrió, justo donde antiguamente se encontraban los Altos Hornos de la capital Bizkaina, se fundieron actuaciones pop, rock, electrónicas y hasta de flamenco. El diseñador de escenografías Julio Himede se encargó de componer un recinto inspirado en el arte y los museos de la ciudad vasca.

La economía de la ciudad se benefició altamente de los EMA. Los hoteles de Bilbao los recibieron con los brazo abiertos. Más de uno colgó el cartel de completo con las 5500 habitaciones reservadas para el equipo de trabajo, además de las 2500 para la noche del concierto. Aunque una parte importante del equipo llegó desde el otro lado del Atlántico, se contrataron a cerca de 500 trabajadores locales para tareas de producción.

Los artistas internacionales y los profesionales de los distintos gremios tuvieron ocasión de probar los típicos pinchos vascos, tapas y otras comidas de la zona. En total se sirvieron más de 16000 raciones con producto de los mercados locales. Para las barras, se dispusieron 4000 botellas de destilados, más de 10000 de cerveza, y 2400 de champán.

La actriz y cantante americana Hailee Stainfield fue la encargada de presentar una gala que se desarrolló integramente en inglés. Para el estilismo de los artistas se contó con cerca de 200 paquetes de pestañas postizas, 72 pelucas o 500 cintas de pelo. Se entregaron 16 premios, siendo Camila Cabello la gran triunfadora con cuatro estatuillas.

La cantante de hip hop estadounidense Nicki Minaj fue de las primeras en pisar el escenario. A ella se le sumaron las Little Mix, para interpretar su canción conjunta “Woman Like Me”. El escenario estaba compuesto por un círculo principal entre el público unido por dos brazos al backstage.

Posteriormente apareció Brendon Urie, de Panic! At The Disco haciendo rappel por uno de los rascacielos de la capital bilbaína, emulando el videoclip de su tema “High Hopes”. El sello español llegó de la mano de Rosalía, que con su canción “Malamente” realizó una de las actuaciones más espectaculares y comentadas de la noche.

La cantante canadiense Alessia Cara o la británica Anne Marie también pisaron con fuerza el escenario de la MTV. En el evento se rindió homenaje a la trayectoria de Janet Jackson, quien realizó un show lleno de luz y ventiladores en el que interpretó “Made For Now”, su último trabajo junto a Daddy Yankee.

Jason Derulo fue otro de los protagonistas de la noche. Como si de Andrea Bocelli se tratara, cantó los primeros versos de “Goodbye” acompañado de una orquesta. Con la aparición de David Guetta subieron los bpm, concluyendo la canción junto a Nicki Minaj.

Bebe Rexha interpretó su single “I’m a Mess”, y Halsey introdujo la lluvia en el BEC para cantar su tema “Without Me”. Los hermanos Jack and Jack también tuvieron su ocasión en el escenario de los EMA. Tal y como dice su canción “Rise” (subir), junto a Jonas Blue, se elevaron con cuerdas sobre el público del evento.

Marshmello, el Dj enmascarado, trajo la música electrónica a los EMA junto a Anne Marie y Bastille. En definitiva, una noche única que la ciudad de Bilbao difícilmente podrá olvidar.

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