Internet. Probablemente el invento más importante del siglo pasado, la revolución de finales del siglo XX y principios del XXI. Internet ha dado un giro de ciento ochenta grados a nuestra sociedad. Ha cambiado la forma de comunicarnos, de informarnos, incluso en parte, la forma de ver nuestra vida. Pero también nos ha abierto un mar inmenso de posibilidades, de oportunidades de aprovechar mejor los recursos que tenemos.

Todos hemos oído hablar de Blablacar, la famosa aplicación en la que puedes llegar a casi cualquier sitio, por perdido que esté, compartiendo coche y gastos con otros usuarios. Ofrece un viaje diferente, y la experiencia de conocer personas, además de llevarte a tu destino. Pocos saben, sin embargo, que su versión española, Amovens, ofrece lo mismo con una comisión mucho menor, es decir, que puedes ahorrarte hasta 7-8 euros por trayecto.

Y si lo que quieres es viajar, sabemos que Airbnb nos ofrece alojamiento sin las facilidades de un hotel, pero a un precio mucho más bajo. También, conocemos los estragos que está ocasionando en el mercado del alquiler desde que grandes propietarios se hicieron con la mayoría de los pisos. Sin embargo couchsurfing añade a este concepto algo más innovador: alojarte gratis a cambio de colaborar de alguna forma con el propietario. Quizás puedas ayudar en la casa o el jardín, dar clases de tu idioma…Lo que cuenta es lo que puedas aportar.

Pero si Blablacar, Amovens y Couchsurfing nos han hecho ecológicos y sociables; Wallapop, Vibbo y aplicaciones similares nos han hecho ricos. Con ello nos hemos dado cuenta de las cosas que tenemos cogiendo polvo en casa pueden ser útiles para otras personas, y sí, valen dinero. Aunque si lo que tienes no está en condiciones de ser vendido, en webs como gratixNolotiro.org, asociaciones y particulares buscan cosas que ya no necesites y las recogen a domicilio para aprovecharlas. Casi todo lo que consideramos inútil tiene valor para alguien.

¿Alguna vez has pensado en la cantidad de comida que se tira en restaurantes y tiendas? En TooGoodToGo restaurantes y pequeños comercios ofrecen packs sorpresa con los restos que no se han vendido a lo largo del día a un precio mucho menor de su valor en el mercado. Comer por 4 euros, comprar un ramo de flores por 3 o llevarte un paquete de frutas y verduras a 2,50,  son solamente algunas de las posibilidades que ofrece. Esta aplicación se está empezando a implantar en grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia, pero que cada vez se está extendiendo más a localiades más pequeñas.

Y si lo que buscas no es material, tu solución está en dos aplicaciones: Helpin y FavForMe. Estas herramientas conectan a personas que necesitan algo de los demás (una reparación, clases, niñera…) con otros que les dan algo a cambio (transporte, ayuda para las tares domésticas…) en un mercado sin dinero. Pero estos no son más que algunos ejemplos de las posibilidades que ofrece internet, y de las que pueden surgir con el paso de los años.

Todas estas aplicaciones tienen algo en común, ponen en contacto a personas con una necesidad, con otras que tienen algo, en apariencia sin valor (una plaza en un coche, comida que van a tirar…) pero que otros pueden aprovechar. Esto se conoce como “economía colaborativa”, es decir, basada en utilizar mejor lo que tenemos en vez de producir más. También tienen por base muchas de ellas un principio fundamental: la confianza. Sin garantías, sin periodo de devolución, sin posibilidad de reclamaciones, el único sostén que tienen son las opiniones de otros usuarios.

Internet nos da las herramientas, pero el cambio de mentalidad es cosa nuestra.

Puede que el capitalismo y la masificación de las ciudades nos quitaran el valor de la confianza en el otro, y tal vez ahora, internet nos la haya devuelto. Actualmente formamos parte de una comunidad mayor, global, abierta a todos, en la que conseguir lo que necesitas es más fácil que nunca. ¿Te atreves a probarlo?

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Un comentario en «¿Buscas algo diferente?»

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