¿Healthy? (Spoiler: no)

Carlos Ríos es nutricionista y artífice de esta práctica del ‘realfooding’ o ‘comida real’, cada vez más en auge por la gran difusión que se le está dando a través de las redes sociales. Él mismo califica el realfooding como un estilo de vida que busca mejorar la alimentación para así dejar de lado el consumo de ultraprocesados.

Sensacionalismo realfooder

Hace unos siglos atrás el ser humano descubrió la importancia de seguir una dieta variada, equilibrada, rica en frutas y verduras. Carlos Ríos no es ningún visionario a pesar de que pueda dar la sensación de ser un iluminado de las dietas después de haber creado todo un universo alrededor de la ‘comida real’ en aras de lucrarse de la causa: libros, app, web… Proclamar un estilo de vida saludable es totalmente lícito. Ahora, restringir o limitar en exceso el consumo de ciertos alimentos en líneas generales resulta bastante dañino en cuanto a que llegamos a sentir culpa por comer unos Cheetos o una palmerita de chocolate un día cualquiera. Incluso normalizamos estas conductas en las que prima el arrepentimiento y donde nos exponemos directamente a la culpabilidad teniendo que recurrir a términos como cheat meal. O sea, tendemos a autoconvencernos de que consumir este tipo de comida no está para nada bien, que se trata de un capricho innecesario y que esto trae consigo una serie de consecuencias que se oponen totalmente a la moral realfooder. 

 

Desaprobación hacia uno mismo

El realfooding se ha convertido en una especie de nubarrón que emborrona la visión que uno tiene acerca de ciertos aspectos hasta llegar a un punto de distorsión hacia, ya no solo la comida, sino también el cuerpo y la mente.

Lejos de generalidades, llego a una conclusión (que puede parecer para según quién algo ridícula): si te apetece ir al chiringuito de la playa y comprarte un helado porque es lo que quieres en ese momento está bien, no pasa nada. Resultará una obviedad pero lo cierto es que el realfooding hace que te obceques en una percepción de las cosas cero realista. Lo que no está tan bien es seguir una dieta cuadriculada al milímetro, ajustarse a unos menús hiper rígidos y no poder salirte de ciertos parámetros porque, de lo contrario, sentirías un desencanto brutal hacia tu persona. Y eso es una mierda.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.