Vivimos en una época imparable. Literalmente. Vamos corriendo de un lugar a otro, recibiendo estímulos allá donde miremos, sin observar ni detenernos. No disfrutamos del camino y puede que ya ni siquiera de la meta: cuando llegamos ahogados solo buscamos llegar a la siguiente. Nos cansamos de todo, queremos cosas nuevas y las queremos ya.

Inmersos en la cultura de lo instantáneo, somos más impacientes que nunca: un estudio británico revelaba hace ya 7 años que uno de cada dos ciudadanos era más impaciente que antes y que uno de cada tres directamente no tenía paciencia. El 75% de los encuestados culpaba a Internet o a nuestro frenético estilo de vida de hacernos más exigentes. Si nuestro tiempo de espera máximo para ser atendidos en un bar es de 5 minutos… ¿tal vez estamos haciendo algo mal?

Irene Nortes (@irene.nortes) es una joven madrileña que lleva años creando contenido tanto para sus redes como para YouTube. Consciente, que no conforme, de la evolución continua que vive todo, ha dado el salto a los pódcast, capítulos de audio que están revolucionando las plataformas. Y lo que surja es su nuevo proyecto, empapado de la esencia que caracteriza cada una de sus “obras”: consciencia, arte y amor por los pequeños detalles. Siguiendo la estela de y lo que surja, hablamos un ratito con ella.

Estamos aquí para hablar de y lo que surja, pero realmente no es tu primer proyecto. Llegar aquí ha sido un camino por el que encontramos YouTube, Aesceric (tu pequeño comercio)… ¿Cuál es el proyecto del que más orgullosa te sientes hasta el momento?

Sin duda de lo que más orgullosa me siento hasta la fecha es de mi canal de YouTube. Tanto por ser el primero, como por lo que significa para mí. Aesceric, el pódcast, etc. son proyectos secundarios con los que me siento súper cómoda, pero aún están en proceso. Si es cierto que a nivel «logro» YouTube podemos considerarlo un triunfo y ya solo por eso merece el puesto número 1 en el ranking. Aunque estoy orgullosa de todos, cada uno de ellos significa algo muy diferente para mí.

El sello personal de tus canales o redes puede relacionarse con el slow life. ¿Cómo definirías esta «corriente»? ¿Te incluyes dentro de ella?

Sí que me incluyo dentro de ella puesto que al final yo noto que en parte soy slow. Es cierto que siempre estoy activa, que tengo proyectos en marcha siempre, que hago ejercicio todos los días, etc. pero todo ello lo hago de manera muy consciente, estando presente y tomándome mis descansos siempre que el cuerpo me lo pida. Creo que consiste un poco en eso. La gente puede llegar a pensar que el slow life implica vagancia o no avanzar a la velocidad que va el resto de la sociedad cuando es totalmente lo contrario. Es gracias a estar presente, ser consciente y respetar mis tiempos cuando soy más productiva que nunca. Gracias a ello puedo crear más, moverme más y disfrutar al máximo de mi trabajo y de mi vida más allá de las redes.

Y respecto a ti, ¿cuándo descubriste y empezaste a desarrollar tu parte más espiritual?

Fue en primero de carrera. Estaba en un punto de mi vida muy malo. No me encontraba a mí misma, no me veía reflejada en mis acciones, la gente de mi alrededor no me completaba, no sabía que quería hacer con mi vida… Fue mi cerebro el que dijo “Irene, hasta aquí hemos llegado”. Me puse a entrenarlo como si fuera un músculo más. Empecé a leer sobre crecimiento personal, a investigar sobre cómo funcionamos, a escuchar pódcast sobre las emociones… Fue un año y pico de cambiar muchísimos aspectos de mi vida y de mi persona. Entonces me di cuenta de que en todo el proceso siempre me había acompañado la fe. La fe en mí misma. La fe en que, si escuchas a tu alrededor, si te dejas ayudar y si confías en ti y en aquello que te impulsa, se puede.

Como creadora de contenido o, más importante aún, como persona… ¿Qué consejo o mantra le darías a quienes te escuchan?

Siempre que me hacen esta pregunta me cuesta muchísimo responder porque soy incapaz de escoger un solo consejo. Pero creo que voy a decir el lema que me ha acompañado desde que comencé en las redes: “listen to it”. Para mi significa “escucha”.

Escucha a tu intuición, a tu cuerpo, a las personas y vibraciones que te rodean. Ve a lugares que te llenen de vida y escucha. Para mí es una de las partes más bonitas de ser humana, la capacidad que tenemos de escuchar y procesar la información. Refiriéndonos a información de todo tipo. Si estoy donde estoy a día de hoy, ha sido gracias a escuchar y escucharme.

Ya conociéndote un poquito más, pasamos al pódcast. ¿Cuándo empezó la idea?

He de decir que la idea no fue mía sino de mis seguidores. Siempre me han gustado los pódcast, pero no quería crear uno porque tenía miedo de no tener tiempo para tantos proyectos. De hecho, comencé en YouTube con los “pódcast visuales” para poder juntar ambos conceptos en un mismo formato y no enfrentarme al miedo de un nuevo comienzo. Pero a principios de este año 2022 algo dentro de mí me dijo que era el momento de evolucionar, de reinventarse. Y por qué no probar este formato que siempre me ha gustado tanto.

En Spotify el pódcast está dentro de historias personales, si las categorías fuesen más específicas ¿en cuál lo meterías, con qué palabras lo definirías?

Me encanta esta pregunta. Más que meterlo en alguna subcategoría, lo metería en “historias personales, crecimiento y salud mental”. Al final cada capítulo va a tener una temática distinta. Unos serán más densos a nivel teoría y otros serán como una conversación entre amigos literalmente. Crearía una nueva categoría que se llamase «aprendiendo sobre la vida a las 2 de la mañana en la mesa de un bar».

Y lo que surja es una conversación entre amigos en un bar como dice la intro, ¿cuándo recomendarías a sus oyentes que lo escuchen? En el metro, por la noche en la cama, en el gimnasio…

Estudio de @irene.nortes

Cada uno es un mundo y se puede escuchar realmente cuando quieras, pero yo siempre digo que mi momento de «escuchar pódcast» es mientras conduzco. Me encanta hacer viajes en coche porque es mi momento de escuchar y aprender. De ir acompañada a pesar de estar sola. Al final yo creo que esa es la magia de los pódcast, que puedes hacer cualquier actividad sola (pintar, fregar los platos, correr, andar, etc.) pero si necesitas compañía, ahí están para que alguien te cuente algo de fondo y puedas alimentar tu mente o entretenerte con conversaciones ajenas.

¿Qué esperas que le aporte a la gente y qué esperas que te aporte a ti?

Aprender hablando. Siempre digo que yo cuando más aprendo es cuando alguien me cuenta algo. Cuando te dedicas únicamente a escuchar a la persona que tienes en frente y sales de esa conversación habiendo aprendido muchísimas cosas nuevas. Me gusta que me cuenten experiencias, que me digan cómo lo hicieron y que me den consejos para cualquier situación que pueda llegar a vivir algún día. Sin duda me encantaría que y lo que surja llegue a ser una charla informal de esas que te llenan de vida. Y a mí me aporta muchas cosas, pero la principal: sentir que estoy siguiendo mi vocación (comunicar) y que puedo ayudar a gente con mis palabras.

Por último… ¿alguna pista de próximos capítulos o temas a tratar?

Pues… Si te soy sincera, voy sobre la marcha, pero te puedo decir que: hablaremos de un tema bastante polémico del que nunca me he atrevido a hablar por YouTube; que vendrán invitados muy guais y que habrá más episodios como el de “la teoría de las parcelas» porque estoy flipando con lo mucho que ha gustado a la gente y lo mucho que está sirviendo.

Spotify, iVoox o Apple Podcasts son hasta ahora los hogares de los capítulos de y lo que surja, aunque se cuelen en los cascos de cada uno de nosotros cuando damos al play en busca de un camino que nos permita observar a la vez que avanzar. Escuchar para aprender, como dice Irene.

About The Author

Un comentario en ««Y lo que surja»: una conversación de madrugada encapsulada en un pódcast»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.