Definimos objetivos para cumplir pero, luego ¿merece la pena el camino para
algo tan efímero?
En la vida, nos proponemos objetivos inalcanzables, que hagan de nuestro día a día una constante fase de superación y realización. Los defines y luego luchas hasta llegar a ellos.
Pero, ¿hasta qué punto esos objetivos sirven para nuestro fin personal?
Escalas la montaña, tras innumerables momentos de peligro y desmotivación. Una vez llegas arriba, ya está. ¿Has terminado con todo aquello que llevabas soñando tanto tiempo? Inmortalizas el momento ¿basta con eso?
El camino al cumplimiento del objetivo debería ser considerado como objetivo también del mismo. O tal vez, el momento de la meta siempre amortice la espera.
Soriana de nacimiento, mañica de estudios y madrileña de trabajo, soy graduada en Derecho y ADE, con experiencia en comercio exterior, BI, consultoría y seguros. Me considero una persona amante de la vida y de opinar sobre temas que me apasionan. Creo que cuando hablas de algo con un sentimiento enorme, este se contagia y se vuelve aún más grande.