¿Qué preocupación tendrán?

Corren, saltan y vuelven a empezar. Solo disfrutan de lo que tienen, mientras les permitimos hacerlo. Tod y Leo juegan mientras nadie les interrumpe. Lo hacen con mucha frecuencia, casi todo el tiempo: juegan, juegan y juegan. 

Aunque, muchas veces, los humanos acabamos interrumpiéndoles porque nos «molestan». Si fueran niños jugando no pensaríamos lo mismo quizá. Les dejaríamos hacerlo y ya está. Pero son dos gatos, no dos personas. 

A pesar de todo, nada detiene a Tod y Leo, que tienen muy claras sus prioridades: tener sus necesidades satisfechas y disfrutar. Quizá es que estamos celosos de no poder vivir así. 

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