Un instante

Me levanté aquella mañana pensando que todo estaba bajo control, que
no iba a ser más que otro día rutinario, otro nuevo reto que afrontar.
Pero tras ese apretón de manos nada volvió a ser lo mismo. Estaba
despedido, lo sabía, solo les faltaba encontrar la razón para
deshacerse de mí, pero la decisión ya estaba tomada. Aquel hombre, más
jóven, tal vez mejor preparado, iba a tomar las riendas de lo que
hasta ese momento había sido mi trabajo, la razón por la que había
renunciado a tantas cosas y por la que había hecho tantos sacrificios.
Pero, a fín de cuentas, solo era eso, un peón prescindible, una simple
pieza de aquel ajedréz llamado empresa.
O quizás era mi oportunidad, el momento para hacer todo aquello que
siempre quise. 

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.