Hoy, ahora y siempre… ¡Aúpa Numancia!

 

Ayer vi a mi CD Numancia perder la final del playoff de ascenso a 1 RFEF frente al Yeclano Deportivo en Murcia. De nada sirvió la ventaja cosechada en Los Pajaritos. De nada sirvió resistir más de media hora con una expulsión injusta en ese partido de ida. De nada sirvió el empuje del equipo en la prórroga, con un jugador más tras una agresión. De nada sirvieron las centenares de voces quebradas de los aficionados durante la eliminatoria. El histórico club soriano y sus seguidores seguirán sufriendo en la cuarta categoría del fútbol español.

Numantinos recibiendo el autobús del CD Numancia en Yecla, Murcia. Fuente: Soria Noticias

 

Tras una temporada de altibajos muy marcados, incluyendo una derrota 7-1 contra el 2º clasificado y un 5-0 en la última jornada, cuando dependían de sí mismos para ascender como líderes, los rojillos no cumplieron el objetivo y pasarán un año más en 2 RFEF, en uno de los momentos más bajos en toda la historia de la entidad.

Javi Moreno anunció que dejaba el puesto de entrenador tras el partido. “Tengo que comunicar que el año que viene no voy a seguir (…) Me da mucha pena porque esta afición se merece todo”. Prácticamente toda la plantilla seguirá sus pasos y abandonará el equipo. Este vaivén de nombres en la parcela deportiva, sumado a la nula implicación de los dueños ecuatorianos, deja al club en una situación muy delicada para la 24/25, que supondrá un reto para toda la afición numantina.

 

Final de ascenso a 1 RFEF

La eliminatoria en sí, para qué engañarnos, fue puro barro. El balón pasaba más tiempo en el aire que rodando y los goles fueron rebotes, fallos groseros o a balón parado. Las pérdidas de tiempo eran constantes por parte de los dos equipos y el juego sucio y el arte del engaño fueron la seña de identidad de dos partidos muy trabados. Puro barro. Bendito fútbol sin VAR.

Sin embargo, todo aquel que acudió al estadio sabía lo que había y sabía a lo que venía. Animar durante 210 minutos a su equipo, para que no estuviera solo. Para darle ese extra de energía en una eliminatoria tan pareja. Dejarse la garganta en las gradas, esperando que tus jugadores se dejen la vida en el campo. 

Al final, la moneda salió cara para el Yeclano y cruz para el Numancia. A pesar de disfrutar de la última oportunidad del partido en el 119, para dar la vuelta a esta historia, la maldita moneda salió cruz para mi Numancia. Y pese a esa tristeza infinita de ver a tus guerreros llorando en un terreno de juego invadido por aficionados de Yecla, a más de 500 kilómetros de casa y tras 13 horas de autobús ‘en vano’, hoy soy un poquito más hincha del equipo de mi ciudad, pero seguramente un poquito menos que mañana.

 

Sentimiento de pertenencia

Al final este es el llamado sentimiento de pertenencia. Estar en las buenas, pero sobre todo en las malas. Ver caer a tu equipo y querer levantarlo. Porque es tu equipo. Da igual qué jugadores representan el escudo. Da igual que ganen, empaten o pierdan. Da igual en qué categoría estén. Todo cambia. Todo son etapas. Pero después de cada cambio y después de cada etapa, los aficionados son los únicos que permanecen, fieles a su equipo. 

Como decía Miguel Quintana hace unas semanas, “Tú no sigues a tu equipo porque gane, lo sigues porque es tu equipo, y punto. No hay más razonamiento”. Porque el CD Numancia es el CD Numancia esté en la división que esté. Y cuando caes con tu equipo, solo quieres levantarte con ellos.

Porque hoy, ahora y siempre… ¡Aúpa Numancia!

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