Está claro que el Periodismo puede lograr cosas increíbles. Así lo demuestra el documental de Netflix ‘A los gatos, ni tocarlos’. Porque sí, este documental es Periodismo de Investigación. Saca a relucir el poder de las redes sociales, haciendo posible la captura de un asesino.
Al principio del documental resulta difícil distinguir si se trata de un documental o de una serie de ficción. En cierta manera, eso es lo que intenta demostrar esta obra: que la realidad puede, en ocasiones, superar a la ficción.
Todo empieza por un vídeo de una persona anónima matando a dos gatitos. Impactados, un grupo de ¿amigos? de Facebook comienzan una incansable búsqueda del culpable de la atrocidad. El documental se centra en los testimonios de los dos investigadores principales del grupo de Facebook, Deanna Thompson (alias Baudi Moovan) y ‘John Green’, que estaban decididos a atrapar al asesino.
La hipótesis principal de estos “investigadores” era que la persona anónima de los vídeos podría traspasar el límite y llegar a asesinar personas. Y así fue. Después de que el asesino anónimo publicase numerosos vídeos en internet maltratando a pequeños gatitos, publicó un vídeo asesinando, finalmente, a una persona.
Lin Jun, estudiante universitario internacional de 33 años, fue asesinado en Canadá en mayo de 2010 por este personaje. Fue encontrado en diferentes lugares del país. Su torso fue enviado a unos apartamentos de la ciudad de Montreal. Uno de sus pies llegó a la sede del Partido Conservador, en Ottawa, y una de sus manos fue enviada al Partido Liberal, pero fue interceptada por el Canadá Post, según el medio de Toronto.
Lo más impactante de todo esto, es que los investigadores de internet avisaron a la policía con anterioridad acerca de quién era este potencial asesino. La policía hizo caso omiso a sus advertencias.
Así, el documental producido por Dimitri Doganis y Adam Hawkins consigue en tres capítulos mantener al espectador sin despegar ojo de la pantalla.
Finalmente, tras meses de búsqueda, dieron con la persona que tuvo la mala idea de saltarse la llamada “regla cero” de Internet: no te metas con los gatos.
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