La cocina se viene abajo 

A pesar de cumplir diez años en antena, MasterChef sigue siendo el programa más exitoso de la cadena pública y sus fogones funcionan a toda mecha. Anónimos, niños o famosos, todos se baten en duelo en sus famosas cocinas, sometidos a las miradas de Jordi, Pepe y Samantha. En el talent han roto el cascarón grandes promesas del arte culinario. Pero MasterChef es mucho más que un programa: es una industria incombustible que se retroalimenta con otros productos como libros, campamentos de verano o su propio restaurante. 

Aunque MasterChef trate de presentarse como un programa blanco y familiar, para todos los públicos, lo cierto es que ha estado rodeado de polémicas desde casi siempre. Xuso Jones o María del Monte fueron otras celebridades que acabaron con mal sabor de boca. Algo más discretos, también cargaron contra el programa y los misterios que ocultaba tras las cámaras. Pero el plato fuerte vino el año pasado a raíz del suicidio de Verónica Forqué. 

Todos lo sabían y nadie lo impidió

El 13 de diciembre del año pasado, todo el país quedaba conmocionado ante la noticia del suicidio de Verónica Forqué. El caso fue especialmente doloroso por las circunstancias que lo rodeaban. Escasos días antes se había emitido su participación en la sexta edición del formato. Las redes sociales la habían convertido en el hazmerreír por sus controvertidas acciones, con comportamientos psicodélicos y agresivos hacia sus compañeros.

Verónica Forqué en MasterChef.

A simple vista, parecía que Verónica estaba satisfecha con su participación. La actriz participó de buen grado en entrevistas y vídeos promocionales después de su paso por el concurso. No solo eso, sino que regresó como invitada en la versión junior (aunque al final el fragmento no se emitió). Tras su muerte, las redes le dieron la vuelta a la situación y culparon al programa y a los propios espectadores del suicidio. MasterChef atravesó una peliaguda crisis. Se le acusó de explotar la debilidad mental de Verónica en busca del espectáculo televisivo.  A pesar de ordenarse una Auditoría interna, el formato sobrevivió.

Por suerte, este drama parece haber plantado una (diminuta) semilla en la jauría de Twitter. De tanto en tanto, se recuerda el linchamiento mediático a Verónica Forqué para prevenir otras situaciones similares.

Patricia Conde ha hablado

La séptima edición de MasterChef Celebrity acabó el pasado martes con la victoria de Lorena Castell. Un día antes, en la semifinal, el comportamiento de Patricia Conde sorprendió a los espectadores. La actriz y presentadora, que había estado luchando por conseguir un puesto en el duelo final, demostró en la prueba de exteriores pasotismo y cierta animadversión por los jueces. Jordi Cruz le dedicó unas duras palabras, acusándola de no aprovechar una oportunidad que otros habrían querido tener. Patricia, en un primer momento, lo achacó al cansancio extremo que arrastraba.

Patricia Conde escuchando la reprimenda de Jordi Cruz.

Sin embargo, tras la emisión de la final, Patricia tiró de la manta y confesó la verdadera razón por la que se rindió. Publicó una foto en Instagram junto con un texto donde afirmaba desconocer la realidad del programa (“nunca había visto MasterChef y quería conocerlo desde dentro”), y recalcaba la falsedad oculta (“esto es televisión, no es real”). También insinuaba alguna que otra presión que había recibido (“prefiero reírme de mí misma antes que ofender a un compañero”). Aun así, todavía había lugar para palabras conciliadoras, dando las gracias al programa por la oportunidad dada. 

El segundo round

Podría haber quedado ahí la disputa, algo ambigüo que con el tiempo se diluiría. Pero no fue así. En la segunda noche de la final, un día después, Patricia acudía como invitada, al igual que el resto de compañeros. Jordi Cruz le reprochó de nuevo su actitud derrotista. En una charla posterior, Patricia tuvo un encontronazo con María Escoté, ya que aludió a un “berrinche” que había tenido esta compañera. María Escoté replicó: “Tuve una rabieta porque veía que no podía ganar”. La acusaba de haberse rendido. 

Patricia Conde en la tertulia de MasterChef.

Revivir estos momentos (grabados con anterioridad) y, quizá, algún otro factor que se desconoce, motivó a Patricia a editar su texto de Instagram e incorporar graves acusaciones contra el programa. En concreto, se dirigió a la productora (Macarena Rey) y le reprochó que se hicieran jugadas sucias, como apagarle el horno a traición. También acusó a dos compañeros de drogarse. Borró estas declaraciones minutos después. 

Tras estas confesiones, hubo compañeros de la actriz que la defendieron. Entre ellos, el Sevilla, también exconcursante del programa. El cantante aseguró que hay muchos más concursantes que apoyan a Patricia aunque no puedan decirlo. Lo cierto es que están sometidos a una cláusula de confidencialidad por la cual, hasta que el programa eche el cierre, no pueden desvelar ningún detalle de sus entrañas. De lo contrario, se exponen a una cuantiosa multa. Sin embargo, otra gran mayoría de exconcursantes se posicionaron de parte de MasterChef, como Anabel Alonso, Florentino Fernández, Miki Nadal o Lorena Castell, tildando a Patricia casi de loca. 

MasterChef responde

Había gran expectación por ver cómo la otra parte del conflicto iba a reaccionar. En un primer momento, el comunicado que difunde la productora “lamenta y niega las acusaciones vertidas por Patricia Conde hacia el equipo”, sin dar mayores explicaciones. Eso fue un jueves. El viernes, 20 minutos publica (aunque algunos medios no le dan credibilidad) que Patricia Conde hizo trampas, el concurso la pilló y por eso la presentadora tomó otra actitud. Según el artículo, Patricia conocía los platos secretos que iban a cocinarse en la prueba de exteriores, y un comentario fuera de cámara la delató. Mientras la productora trataba de averiguar cómo lo sabía, decidieron dar comienzo a la prueba. Al parecer Patricia había cenado la noche anterior con el chef que preparó esos platos. 

El último movimiento de MasterChef ha sido amenazar con denunciar a Patricia si esta no retira sus palabras. Y podría llevar las de ganar debido a la cláusula que Patricia firmó, que le impide revelar detalles del formato. Lo evidente es que tanto MasterChef como Patricia Conde tienen mucho que ocultar. Por ejemplo: ¿cómo es posible que Patricia no supiera a lo que se enfrentaba cuando aceptó participar en el show (además de ser repescada)? ¿Fue colaboradora del espectáculo hasta que esto jugó en su contra? En el otro lado, las redes se preguntan cuánto hay de verdad y cuánto de mentira en MasterChef

El show tiene un alto precio, y esta vez se ha cobrado dos víctimas. El culebrón MasterChef va para largo. 

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