¿Puedes casarte con alguien a quien no quieres y ser feliz? Es la pregunta que plantea la película turca Bither, pasión oculta.

Ambientada en los años 20 del siglo pasado, la película cuenta la historia y las reflexiones de Bither, una chica que decide casarse para escapar del control de su madre, a quien no soporta. Tras recibir una proposición de matrimonio de Adnan, un viudo amigo de la familia (con el que su madre aspiraba a casarse), contrae matrimonio y se traslada a la casa familiar, donde vivirá una vida de lujo con su recién estrenado marido y sus dos hijos.

Pero, si esperas una película tipo “Sonrisas y lágrimas” donde todo es amor y felicidad, tal vez debas cambiar de película. La llegada a la casa de Behlül, el joven cuñado de Adnan, dará un giro a su vida haciendo que se plantee si hizo lo correcto casándose o cómo podría ser su vida si no hubiera elegido a Adnan como esposo. Una serie de reflexiones que todos nos hemos planteado alguna vez.

Bither es un thriller psicológico que no solo te hace disfrutar con la ambientación, los paisajes y el espectacular vestuario de los años veinte, sino que te hace reflexionar sobre la vida y el amor. ¿Puede funcionar un matrimonio de conveniencia? ¿Puedes ser feliz sin amar a tu marido? ¿Hay decisiones en la vida que no tienen solución?

Tal vez esa sea la clave del éxito de las películas y series turcas que, de un tiempo a esta parte, han llenado nuestros hogares. Porque, ¿Quién no ha soñado alguna vez con llevar una vida de lujo o con tener una gran historia de amor? Pero, muchas veces, los sueños no son como nos los imaginamos.

Y es en eso en lo que las series y películas turcas han dado en el clavo, en ser realistas y hacernos ver que las cosas no son siempre de color de rosa, que la vida ideal no es siempre como la imaginamos. Nos dejan ver que no hay un “fueron felices y comieron perdices” sino que la vida es como una carrera de obstáculos continua, en la que nada es fácil pero, con esfuerzo, todo se puede superar.

Eso, unido a unos escenarios fantásticos, hace que siempre nos apetezca velas. Además, están filmadas a menos velocidad que la que estamos acostumbrados. Es decir, pasan menos cosas en cada hora, por lo que son tranquilas y nos invitan a relajarnos y, simplemente, disfrutar de lo que vemos.

¿Te animas a descubrir este universo de películas turcas?

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