Filomena ha golpeado con fuerza las calles de media España, pero estas no han sido las únicas afectadas. El temporal también azota los principios del fútbol contemporáneo contemplados por La Liga y como no por su máximo exponente, Javier Tebas, reavivando así una llama que lleva tiempo en cuarentena. ¿Fútbol o espectáculo? ¿Títeres o futbolistas?

La polémica nace, esta vez, en el club blanquillo. El pasado viernes la nieve cubría las inmediaciones de Madrid capital y sus zonas metropolitanas, el protocolo de alarma por las adversidades meteorológicas recomendaba no salir de sus hogares a los madrileños, a excepción de emergencia y los atascos dejaban a cientos de personas durante horas tiradas a la merced de un temporal histórico.

En estas circunstancias estaba previsto el viaje aéreo del club madridista hasta Pamplona. Lejos de cancelar el encuentro y con el descontento del club, tras 4 horas de espera, despegaba en Barajas el vuelo hacía la ciudad navarra. Sería el único en hacerlo, pues el aeropuerto había cancelado todos sus viajes por el peligro que podía suponer. Consecuentemente, el Real Madrid pediría adelantar el partido para evitar las nevadas que se preveían iban a ser más contundentes a la hora del partido. Propuesta rechazada, con registros de hasta 15 cm de espesor en Pamplona, el Sadar recibió a un Madrid, polémicas a parte, poco competitivo. Los problemas para ejercitar un juego sólido condenaron a ambos equipos dejando un empate a cero en el marcado.

Algo parecido le ocurría al Rayo Vallecano que, sin embargo, reculó a tiempo dejando eso sí, imágenes para el recuerdo. Los propios jugadores, ayudarían empujando a algunos de los cientos de coches atrapados en carretera. Además, muchos de ellos ni si quiera dormirían en su casa. Marcha atrás daría también el Athletic sin posibilidades de aterrizar en Barajas para su encuentro frente al Atlético de Madrid y alimentando el enfado del Real Madrid en circunstancias similares.

Courtois, lejos de formalidades, fue el más contundente expresando su descontento: “tienen que pensar que los futbolistas somos seres humanos, no un espectáculo. Hemos venido al estadio con la carretera llena de nieve. Hay que mirar por la seguridad de la gente. También tenemos familias. sabemos que si no venimos vamos a perder los tres puntos, pero no hay más que ver cómo están las carreteras o los aeropuertos. Nosotros también tenemos familias y no somos marionetas que tienen que jugar siempre”.

Lo cierto es que la polémica lleva servida ya tiempo atrás, la covid también hizo, hace apenas unos meses, que muchos pusieran las cartas sobre la mesa al sentirse desatendidos e incluso cosificados. El fútbol pierde su esencia, es un negocio en el que no priman sus protagonistas, muchos ya lo han gritado a los cuatro vientos: “odio eterno al fútbol moderno”. Perdemos la esencia competitiva entre desajustes presupuestarios. Perdemos la esencia del directo entre pantallas. Y, sobre todo, perdemos el lado más humano del fútbol entre intereses que desampara la esencia deportiva de quienes conocieron la cara menos amarga del fútbol.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.