Inundaciones, huracanes, muertes por olas de calor, incendios forestales y ninguna preparación para enfrentarse a ello. El cambio climático es un hecho, y no somos todavía lo suficientemente conscientes de su existencia y de lo que esto puede suponer para todo el planeta. Por ello, es necesario contemplar, de la forma más directa y sencilla posible, la posibilidad de que nuestro hogar, se esté encaminando a una destrucción inminente.

¿Qué es el cambio climático?

La Tierra tiene 4,543 miles de millones de años. El cambio climático, podría llegar a ser 4,543 miles de millones de años hechos añicos por los habitantes de este mismo planeta.

No obstante, antes de pasar a definir de forma más clara qué es el cambio climático, es importante aclarar dos términos que en muchas ocasiones se confunden: cambio climático y calentamiento global.

El calentamiento global es el aumento de la temperatura del planeta por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero causadas por nuestra actividad. Por tanto, este calentamiento global, es la principal causa del cambio climático.

Lo cierto es que actualmente, la temperatura de nuestro planeta, esta alcanzando niveles que nunca antes habían sucedido, ya que la Tierra si que es verdad que antes se calentaba o se enfriaba de forma natural, pero esto sucedía de forma lenta, necesitando millones de años.

¿Cómo nos afecta el cambio climático?

Los polos derretidos, aumento del nivel del mar, huracanes, inundaciones, lluvias, nevadas, olas de calor, extinción de muchas especies… Unas pocas de las consecuencias se están dando y que podrían darse si no frenamos esta destrucción y caos.

La gran mayoría de estas consecuencias que acabo de citar, como ya he mencionado ya están sucediendo. Un claro ejemplo bastante comentado en el mundo, es el caso de los polos. Estos se encuentran en una situación bastante preocupante.

Antártida y Groenlandia se están quedando en mero olvido. ¿Por qué? El aumento de temperatura. Esto ha provocado que los polos pierdan treinta veces más hielo que hace treinta años hasta tal punto, que en la última década se han perdido 470.000 millones de toneladas de hielo y para 2100 se espera que el nivel del mar, sea mucho mayor. ¿Qué puede pasar si el nivel del mar es mayor? Pues como mínimo inundaciones o erosiones costeras.

Acercándonos un poco más a Europa, como ejemplos muy actuales nos encontramos a Alemania y Bélgica. Nadie se lo esperaba, pero estos dos países han terminado por ahogarse en inundaciones. Es algo que jamás hemos pensado. Morir por el clima. Menuda tontería, ¿verdad? Pues en estos dos países han muerto alrededor de 165 personas a causa de estas inundaciones.

En cuanto a Estados Unidos, California y Texas, están experimentando unas de las temperaturas más altas de la historia, más concretamente 54º. No obstante, lo más sorprendente son las zonas del noroeste de EEUU y oeste de Canadá, donde el frío era su día a día y este año, han descubierto unas temperaturas sorprendentes que han generado incendios forestales debido a la abrasadora ola de calor que está azotando el país. Por ello, cientos de personas han muerto tanto en Estados unidos como en Canadá.

Si crees que esto no te interesa porque no te afecta, sin irnos más lejos, podemos observar cómo le está afectando también la ola de calor a España. Poniendo en alerta roja a Aragón, y en amarilla o naranja a otras trece comunidades autónomas más.

Es más, según la ONU, España ante el cambio climático, sería uno de los países más afectados de la Unión Europea, pudiendo convertirse en uno de los países más secos en 2040. Y parece que queda mucho tiempo para ello, pero en realidad no.

Según la agencia meteorológica de la ONU, hay un 40% de probabilidades de que la temperatura media anual suba temporalmente un 1.5%, lo que significa, más olas de calor, más inundaciones, más incendios, deshielo, un mayor nivel del mar y muchos otros fenómenos meteorológicos cuyo peligro desconocemos.

Si esto sucediera a tal nivel, toda nuestra vida cambiaría por completo. Ya no solo incrementaría el índice de mortalidad por estos fenómenos, sino que el agua potable podría dejar de ser una opción o incluso las condiciones de producir algo tan básico y necesario como lo son los alimentos, podrían cambiar. Algo que ya esta sucediendo en muchos de los cultivos del mundo.

No creer en el cambio climático, no es una opción

El sufrimiento, desesperación y agotamiento que la COVID-19 ha generado, ha dejado en segundo plano muchas otras preocupaciones como lo es el cambio climático, sin embargo, si no reaccionamos, esto podría resultar solo el principio.

El problema es que, generalmente, no nos importa mientras no nos afecte. Esa ley de vida, no durará mucho tiempo, sobretodo porque hacernos los ciegos no le quita veracidad a la situación. La Tierra alcanzará un punto en el que no aguantará más el daño causado. Y sin planeta no hay vida humana.

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