Esta semana, con motivo del 19 de octubre, volvimos a conmemorar un año más el Día Mundial del Cáncer de Mama, una enfermedad, que según los estudios una de cada ocho mujeres sufrirán a lo largo de su vida. Sin embargo parece que el tema nos toca de lejos durante todo el año, lo evitamos incluso; pero cuando se acerca el mes de octubre las redes sociales, las marcas y la vida en general se tiñe de un color rosa, que no conciencia, sino que edulcora una realidad que sufren muchas mujeres. 

No son guerreras, son supervivientes del miedo

El cáncer de mama es una pesadilla. Sí, no es una lucha ni una batalla que estas guerreras tengan que ganar, es un infierno al que se enfrentan con muchos miedos, inseguridades y un mar de dudas y pensamientos intrusivos. Según el Sistema Europeo de información del Cáncer, en 2020 se diagnosticaron un total de 34.088 nuevos casos de esta enfermedad en nuestro país, un dato terrorífico. 34.088 mujeres a las que les cambió la vida tras una consulta, 34.088 familias llenas de temor y dudas, y 34.088 nuevas pacientes que se sumaron a un sistema sanitario colapsado.

34.000 mujeres que sufrirán la enfermedad durante meses y algún año en los casos más favorables, y que para otras será un infierno con el que vivir durante el resto de sus vidas. Consultas, llamadas, mamografías, biopsias, ecografías y un sin fin de pruebas que llegan en momentos donde la moral está por los suelos. Y aquí abrimos otro melón; el de la asistencia psicológica para pacientes oncológicas y familias. ¿Dónde queda la salud mental cuando un cáncer llega a una vida? Parece que solo es la salud física la que importa, pero la pesadilla puede ser más difícil de afrontar cuando no tienes los medios para que tu cabeza pueda salir de ese agujero negro de quimioterapia, caída del pelo, radioterapia, y días y días de hospitales.

Una realidad lejos del rosa edulcorante

El pasado miércoles con motivo de este día, la cuenta de Instagram @tetayteta sacó a la luz un video con pacientes oncológicas que reflejaba la verdadera cara de la enfermedad durante el mes de octubre. Estas mujeres, a las que cabe destacar su valentía, utilizaron esta cuenta de activismo y libertad femenina a través del arte para hablar de sus sentimientos hacia esta fecha, un 19 de octubre que no se siente igual desde que la enfermedad te ha abordado. Una de las protagonistas definió así su idea sobre la edulcoración de esta fecha: “El cáncer no es rosa, el cáncer es un puto marrón”. Y sinceramente, creo que es cierto, tanta campaña, tanto pañuelo, tanto beneficio económico no representa a estas mujeres que se levantan cada día con un solo sueño, sobrevivir a la palabra cáncer de mama.

“El cáncer no es rosa, el cáncer es un puto marrón”

Más investigación para más vida

Así que entre lavados de imagen rosa, la idealización de la actitud de sus pacientes, y una sociedad hipócrita que solo piensa en el cáncer de mama una vez al año, pienso; ¿toda esta gente pensará el resto del año en las ayudas a la investigación? ¿Se plantearan tal vez la inversión pública destinada a psicólogos para pacientes oncológicos? ¿O tal vez subimos un storie a Instagram para limpiar nuestra conciencia mientras cada vez se destina menos a la sanidad y a la ciencia? No lo sé, pero lo que de verdad contemplo es la idea de que cada año más de 30.000 mujeres en España reciben esa frase que nadie quiere escuchar pero que edulcoramos cada mes de octubre. Porque sí; el día que el cáncer llega a tu vida cambia todo. Le da la vuelta, desordena y deja por los suelos una realidad bastante jodida, pero que con investigación algún día, y hablo en plural como sociedad, podremos diluir en la memoria.

Amigos, lectores, asiduos a estas líneas, quiero acabar con la frase que más esperanza me produce al hablar de este tema. Más ciencia se traduce en más posibilidades de supervivencia, más investigación en más vida, y más psicólogos en un mayor apoyo moral y físico. Y, sobretodo, a todas las mujeres, tocaros el pecho, revisaros y cuidaros mucho. Que paradoja que un elemento que da la vida se la quite a tantas mujeres.

 

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