La moda reciclada puede ser el respiro que está pidiendo el medio ambiente

Cada vez está más normalizado el hecho de vestirse voluntariamente con ropa de segunda mano. Hace unos años que ya no se ve como un acto de pobreza sino como una búsqueda de la originalidad, desde que algunos iconos de la moda y de las grandes pantallas comenzaron a vestirse con estas prendas. 

Desde la Primera Guerra Mundial, la idea de reutilizar ropa comenzó a ser más popular, dadas las dificultades económicas del momento. Durante el periodo de entre guerras incrementó la demanda de ropa de marca, que a finales de los 80 en Estados Unidos se buscó reducir acudiendo, precisamente, a la reutilización de prendas pasadas. Desde hace unos años, se ha retomado esta idea de que la ropa vintage no es parte de una subcultura ni es señal de dificultades económicas, sino parte de un estilo que busca la originalidad y la distinción en la moda, sin recurrir al privilegio económico. 

Durante los días de confinamiento se ha visto cómo la naturaleza recuperaba su vida una vez nos hemos quedado en casa. Se ha hablado de las mejoras ecológicas que ha supuesto, pero también se teme que tras la desescalada la sociedad retome hábitos perjudiciales para el medio ambiente. La industria de la moda es el segundo sector más contaminante del mundo. No es nada nuevo saber que las prendas de poliéster requieren grandes cantidades de agua para fabricarse, ni es la primera vez que se menciona que la sociedad debe reflexionar sobre si es necesario adquirir tanta cantidad de ropa al año. Sin embargo, sí que es un buen momento para reflexionar y concienciarse sobre el consumo propio.

5 razones para llevar ropa vintage:

  1. Marcas originales a un precio menor 

La ropa vintage se caracteriza no solo por ser ropa de segunda mano, sino que normalmente se trata de prendas de primeras marcas con diseños exclusivos y en tendencia de la época en la que fueron fabricadas. El hecho de ser ropa de segunda mano, hace que el precio de esas prendas de marca sea inferior al que tendrían cuando eran de temporada. Es lo mismo que ocurre con los Outlets, pero a diferencia de este, la ropa vintage es de los años 90 hacia atrás. 

  1. Se reduce la contaminación de producir nuevas prendas

Este es uno de los puntos más importantes. Con la compra de prendas de segunda mano se reduce la contaminación que genera la producción de nuevos artículos de ropa, ya que si no hubiera tanta demanda, se fabricaría menos. Esto incluye un descenso de la polución de aguas, tanto para la confección de tejidos como el algodón o el poliéster, como su contaminación por el uso de tintes químicos. A esto van unidas las consecuencias de la sobreproducción de ropa: muchas marcas prefieren quemar los excedentes antes que reutilizar los tejidos porque les resulta más barato. 

  1. ¡Vístete como en las series de moda!

Es bien conocido que las modas vuelven, que en la actualidad se lleva el estilo que llevaban en los 70s, 80s y 90s (incluso en décadas anteriores). Pero, además, las series de moda lo están confirmando. En ‘Sex Education’ todos sus personajes visten con ropa que, si no es vintage, por lo menos es del estilo de la segunda mitad del siglo pasado. Lo mismo ocurre con la ropa que llevan los personajes de ‘Friends’ (que se ha vuelto a ser tendencia), e incluso los de ‘Stranger Things’. En este aspecto, para recuperar prendas de épocas pasadas, no hace falta ni si quiera salir de casa

  1. Son prendas únicas

El hecho de que sean prendas de segunda mano supone que ya no hay una cadena de producción detrás fabricando centenares de ejemplares iguales. Con un artículo vintage puedes disfrutar de ser la única o de las pocas personas que lleven esa prenda. Además, si todavía se le quiere dar más originalidad, cabe la posibilidad de customizarlas añadiéndole lo que cada uno desee. 

  1. Mayor calidad

La tendencia a la producción de “fast fashion” hace que se dedique poco tiempo a la calidad de las prendas resultantes y mucho más interés a la fabricación de grandes cantidades de ejemplares, rápido, con bajo coste y para usar unas pocas veces. Esto ha hecho que gran parte de las prendas de las principales marcas que se consumen en la actualidad hayan perdido calidad. Sin embargo, es algo que no ocurría el siglo pasado, ya que se seguía un modelo de producción diferente, con vistas a que la ropa durase más tiempo, por lo que se le dedicaba más interés a la calidad de la ropa que actualmente. Por este motivo, las prendas vintage (fabricadas en la época a la que pertenece su estilo) han sido pensadas para una utilización más a largo plazo y, por tanto, con mayor calidad en sus tejidos. 

Ahora que hemos tenido unos días para reflexionar sobre nuestras prácticas de antes del confinamiento, quizá sea también el momento de cambiar aquellos hábitos con los que no estamos muy conformes. Aunque se asimile a los propósitos de año nuevo que en la práctica pocas veces se cumplen, estos días ha quedado claro que el medio ambiente necesita un respiro y los hábitos de consumo de moda, como muchos otros, pueden suponer el cambio que la naturaleza está pidiendo a gritos. 

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