Élite celebró su cuarto aniversario con un evento que reunió a toda su comunidad entorno al baile, la emoción y sobre todo el pasar un rato en familia. En esta entrevista Iraida y Miguel nos abren las puertas de su local para conocer más a fondo que hay tras su academia.

Pregunta- Este año se han cumplido 4 años desde que surgió la academia Élite, ¿Cómo surgió esta familia?

Respuesta– La idea de Élite no fue desde el principio, todo ha ido variando. Nosotros empezamos haciendo circo, la vida del bailarín es dura así que intentamos mezclar un número de magia con baile. De ahí, empezamos a hacer un número de patines por lo que teníamos que alquilar una nave para practicar y también hacer nuestra casa.

Al principio la nave iba a ser privada, solo para nosotros, pero cuando vimos las dimensiones de las instalaciones empezamos a pensar en alquilar alguna sala para ensayos, producciones audiovisuales… El Miguel dijo que por qué no la iluminábamos y la decorábamos, así los bailes se verían bien en las grabaciones.

Poco a poco se empezó a conocer Élite, a finales del 2019 decidimos montar una escuela con horarios y profesores; la escuela como tal duró dos meses y medio puesto que en marzo llegó la pandemia. A nosotros el Covid-19 nos vino bien porque cuando se pudo volver a salir la gente tenía muchas ganas de bailar.

Cuando incorporamos más personal a la academia decidimos irnos nosotros a un piso, puesto que como no había espacio la gente ya se tenía que meter en nuestro salón.

Ahora tenemos dos locales: el antiguo y este; tuvimos que hacer un gran esfuerzo; pero aquí estamos.

El éxito de Élite creo que viene de la fusión entre el baile y otras disciplinas artísticas como la música, los vídeos, el canto… Nuestro objetivo era que fuera un punto de encuentro entre artistas.

P- Lola Índigo viene a practicar sus videoclips a la academia, ¿cómo surgió esta oportunidad?

R- Nosotros ya éramos amigos de antes, el coreógrafo de Lola Índigo es Juan Montero y es mi amigo desde hace muchos años. Cuando Juan se vino a vivir a Madrid, ella venía a verle y a tomar clase; así nos conocimos más. Además, justo antes de entrar a OT, nosotros habíamos hecho temporada en Marbella, convivimos juntos 6 meses.

De todas formas hasta que colaboramos con ella pasó tiempo, pero ella siempre ha estado en contacto con nosotros. Lola ha estado al corriente de todo lo que hemos hecho en Élite desde que empezamos y está “guay” que cuente con gente de confianza que sabe que puede hacer un buen trabajo.

P¿Teníais algún motivo concreto por el que abrirla en Carabanchel?

R- Realmente no, estuvimos buscando en más sitios como en Vallecas. Buscamos barrios como San Isidro, Useras. Nosotros no contábamos con mucho dinero y dio la casualidad de que al antiguo dueño de este local le gustó nuestro proyecto y nos dio más margen para hacer la compra. Si no llega a ser por él no hubiera sido posible.

 

Foto cedida por Élite Studio
Foto cedida por Élite Estudio

P- ¿Cuáles diríais que son los valores que promueve Élite?

R- La verdad es que intentamos motivar a los alumnos con cosas nuevas como fiestas o workshops; queremos darles la oportunidad de que se suban al escenario puesto que no todos la tienen. De esta manera ganan experiencia y aprenden.

Algo que intentamos transmitir a los alumnos es que tengan paciencia, es muy raro que alguien tenga un talento natural. La clave es tener paciencia, trabajar duro y saber lo que es ser bailarín; cuál es su posición, sus responsabilidades y cómo debe cuidarse para evitar lesionarse.

De hecho, nosotros tenemos una clase de terapia para bailarines en la formación profesional para saber lidiar con los egos, las inseguridades, los miedos y los altibajos; se ha convertido en una asignatura muy importante para los alumnos.

Sin constancia y paciencia no se puede progresar, es una profesión en la que necesitas renovarte constantemente, me gusta transmitir a mis alumnos que no se conformen.

P- ¿Creéis que la danza sigue siendo una práctica poco valorada en la actualidad?

R- El baile a día de hoy da mucho dinero y sin embargo es un lujo mal pagado.

Hay que ver la situación a la que acudes, pero en la gran mayoría son espectáculos en los que hay mucho dinero; y se gasta más en la iluminación que en los profesionales del baile. Los que nos contratan piensan que solo trabajamos dos horas en el show, pero en realidad hay mucho tiempo de ensayos y preparación.

P-¿Y cuál pensáis que es la razón para que sea así?

R- En parte por nosotros mismos, si dijéramos no se hace habría una época en la que cambiaría. Parece que cuando es una única persona en lugar de un grupo o cuando entra por el sentido del oído, en lugar de la vista se aprecia más; culturalmente creo que está visto así.

Cada cosa tiene su importancia, el baile aporta color. ¿Por qué vale más el que canta que el que baile? Yo pienso que debe de haber una empresa o una academia como la nuestra que ponga su granito de arena, y la gente se vaya sumando al movimiento para acabar con la tesitura de tener que trabajar por una cantidad de dinero que no te permita vivir de esta profesión.

Ahora mismo nadie puede vivir solo del baile, necesita un inversor, una herencia o compaginarlo con otro trabajo para poder realizar proyectos o comprarte una casa. Es necesario una agencia de bailarines que ejerza de representante.

P- ¿Cómo pensáis que se puede animar a la gente a que pruebe esta disciplina?

R- El baile es una forma de ejercicio por lo que te ayuda a socializar, estar más activo, te anima, te ayuda a llevar el ritmo.

No hace falta que seas profesional, de hecho los grupos de iniciación que vienen realmente a pasarlo bien son los más divertidos; ellos se sienten en un escenario con nuestras luces y pasan un buen rato escuchando música.

Ser bailarín es una disciplina, pero lo importante es tomarlo como hobby y si quieres dedicarte a ser profesional no «rayarse» si un paso no te sale porque hay muchos otros que sí y no todos somos iguales.

Al final todos bailamos, llevamos el ritmo en nosotros; si vas a baile aprendes a tener conciencia de tu cuerpo.

PA largo plazo, ¿cuál es vuestro sueño como academia, a dónde os gustaría llegar?

R- De aquí a 5 años yo me imagino que haremos lo mismo que ahora, pero la gente tendrá mayor confianza en nosotros para hacer sus proyectos. Nos gustaría que se convirtiera en una marca sólida, que vaya creciendo la familia y que los alumnos de la formación puedan también dar clases aquí. Aunque hemos tenido un boom, no creo que todavía estemos consolidados y nos gustaría conseguirlo.

Queremos lograr ser más potentes como comunidad, tenemos ya pensadas varias ideas para que los alumnos puedan conocer a más gente.

 

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