¿Amor idílico? ¿Somos Romeos y Julietas en un mundo líquido?

Desde que somos pequeños hemos leído, o al menos conocido, la historia de Romeo y Julieta como la de un amor imposible: dos familias enfrentadas, una generación enamorada capaz de hacer lo que fuera por permanecer unidos.

Una tragedia que nos dejaba embelesados ante esa idea del amor; ¿quién podría quererme tanto como para morir por mí?

Y si te dijera que no es oro todo lo que reluce, que las historias tienen múltiples versiones dependiendo de quién lo cuenta y qué quiere que se sepa.

¿Qué pensarías si la historia que sabes es la que difundió por Verona Rosalina Capuleto?

Romeo un joven apuesto, quizás no tan joven todo hay que decir, no entregó su corazón directamente a Julieta, antes de ella estuvo Rosalina.

Rosalina Capuleto será el personaje principal de esta historia. Una chica que siempre se había sentido invisible, mostrará su valor ante las adversidades causadas por la censura, la violencia, la manipulación y las violaciones de la época.

Sin perder los detalles clave de la obra original la autora, Natasha Solomons, aporta un toque de frescura a la novela de William Shakespeare, la transporta al mundo actual y nos hace abrir los ojos hacia una visión más real de las relaciones.

La autora juega con el lenguaje, el ambiente y los comportamientos de antaño otorgándoles una chispa de novedad del siglo XXI, una mezcla que te sumerge en la historia reflejándote o reconociendo personajes que fácilmente podrías encontrarte en tu día a día.

Bella Rosalina es un grito hacia el despertar, hacia dejar atrás la búsqueda de un amor perfecto; es la liberación del conformismo y de dejar de ser un personaje secundario en nuestras propias vidas.

Bella Rosalina es la voz de todas las que sufrieron y las que sufren, un ensalzamiento a que no pase más.

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