Los anticonceptivos son métodos, dispositivos o medicamentos creados para prevenir el embarazo. Los primeros registros de su existencia provienen desde 2.000 años antes Cristo, con la utilización de preservativos manufacturados que impedían que los espermatozoides fecundaran al óvulo. Gracias al desarrollo de la ciencia y la medicina a lo largo de los siglos, se ha conseguido crear nuevos medios más seguros y eficaces para impedir la gestación. A día de hoy la OMS (Organización Mundial de la Salud) reconoce 20 métodos anticonceptivos de los cuales solo 2 son exclusivamente para hombres. Pero, ¿Porqué esto es así?

Píldora anticonceptiva para hombres

Según esta lista los hombres pueden utilizar el preservativo masculino y la esterilización masculina o vasectomía. Los otros 18 están destinados al sexo femenino o a ambos. Desde principios de los 2000, la idea de crear una píldora anticonceptiva masculina ha ido ganando relevancia pero no se ha materializado todavía. Las mujeres pueden usar este método desde la década de 1960, cuando su presentación revolucionó las estrategias de planificación familiar.

Sin embargo, esta opción y otras como las inyecciones hormonales han encontrado numerosos obstáculos por el camino que han impedido su desarrollo. En primer lugar, los anticonceptivos masculinos requieren  mayor investigación.  Esto se debe a que los hombres producen 1000 células reproductoras al segundo, mientras que las mujeres producen una cada 28 días. Por ello es más difícil inhibir millones de espermatozoides producidos en apenas unas horas que un óvulo cada mes. La siguiente barrera a superar son los efectos secundarios. Los implantes hormonales e inyecciones intramusculares con testosterona provocaban granos en la piel, trastornos del estado de ánimo y aumento de la libido, por lo que fueron desestimados. Sin embargo muchos expertos consideraban que estos efectos son menores que los que asumen las mujeres con la píldora anticonceptiva.

Prospecto de la píldora anticonceptiva femenina

                                                                                                  Píldora anticonceptiva femenina y su prospecto

DMAU, el estudio más avanzado

El estudio más esperanzador en este proyecto fue llevado acabo por la doctora Stephanie Page, profesora de Medicina de la Universidad de Washington y fue presentado en marzo de 2018 en Chicago, para la reunión anual de la Sociedad de Endocrinología estadounidense. El estudio reflejaba que tomando diariamente una pastilla de 400 miligramos se podía inhibir la espermatogénesis y evitar el embarazo. La píldora llamada DMAU, supuso un gran avance en este campo, ya que los efectos secundarios eran superficiales y consistían en una leve subida de peso y una reducción del colesterol “bueno” (HDL). No obstante el estudio se realizó con una muestra reducida de 83 hombres, por lo que serían necesarios más ensayos clínicos para terminar el fármaco.

Dinero, esfuerzo y percepción social

Pero el aspecto más importante por lo que la píldora masculina aún no se ha creado es la falta de interés. El éxito y la eficacia de la pastilla anticonceptiva femenina hacen que las empresas farmacéuticas no tengan la necesidad de invertir sumas importantes de dinero en su investigación, según afirmó Adam Watkins, profesor de biología reproductiva de la Universidad de Nottinghan en un artículo para BBC News. Además el preservativo es una opción más sencilla y barata que no conlleva efectos secundarios de ninguna clase para quien lo use. Otro punto a favor es que el preservativo previene del contagio de enfermedades de transmisión sexual durante las relaciones.

Preservativo junto a un plátano

                                                                                                         Preservativo junto a un plátano

El último obstáculo intangible que no ha podido sobrepasar este proyecto es de carácter social. Los anticonceptivos están biológicamente relacionados con el género, una responsabilidad que desde su creación fue atribuida a la mujer, ya que es ella quién queda embarazada. Así pues las investigaciones se han centrado desde mediados del siglo XX en evitar que las mujeres queden encintas, en vez de evitar que los hombres puedan fecundar. Este pensamiento arcaico no ha desaparecido todavía de nuestra sociedad y quizá falten años o décadas hasta que desaparezca completamente.

¿Futuro próximo?

En resumidas cuentas, la píldora anticonceptiva masculina es un proyecto a medio camino que podríamos ver materializado en los próximos años. La visión comercial de las farmacéuticas puede cambiar rápidamente para adaptarse a las necesidades de la población como hemos visto con la vacuna del COVID-19. Además cada vez aumenta el número de hombres que estaría dispuesto a tomar este fármaco para asumir la responsabilidad del control de la natalidad en sus propios cuerpos.

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