Con algunas excepciones, la explosión del cine queer es un fenómeno que se ha dado en los últimos quince o veinte años. Si bien en las listas al respecto es frecuente la presencia de autores míticos como Pasolini, Fassbinder, o el primer Almodóvar, los grandes romances LGTB de la historia del cine son, en su mayor parte, producto de finales de los 90 y principios del siglo XXI. Sin orden de preferencia, y sin ánimo de abarcar todas las grandes películas de la categoría (fuera se han quedado autores de la calidad del propio Almodóvar, Gus van Sant o Xavier Dolan; y fenómenos de la talla de Call me by your name), aquí van cinco grandísimos films de temática queer que son perfectos para celebrar el mes del orgullo:

5. El amor es extraño, de Ira Sachs Estados Unidos Estados Unidos, 2014):
Aunque a veces parece asumido que romance y juventud han de ir indisolublemente unidos en el cine, el séptimo arte también demuestra, a veces, que el amor, no tiene edad. En El amor es extraño, el cineasta estadounidense Ira Sachs nos acerca a la historia de amor entre dos hombres en una edad ya madura que, tras 39 años juntos, han de hacer frente a una situación económica que no esperaban. Lo fascinante del film, además de la valentía en su relato (cuando la tendencia del cine queer es poner el foco en la juventud), es la forma en que aborda y a la vez normaliza la situación que narra dentro del entorno familiar de sus dos protagonistas. La mirada de Sachs, como siempre, es honesta, humana y certera. Una gran película que, como toda la obra de su director, merece más atención de la que suele recibir.

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4. Tomboy, de Céline Sciamma ( Francia Francia, 2011):
Sabedor de que incluir Tomboy en la categoría ‘romance LGTB’ puede sembrar dudas, creo que sin ser una historia de amor propiamente, sí hay un romance, por infantil que sea. Incluirla me permite, en primer lugar, dar un puesto en el ranking a esa T de las siglas LGTB que tan poca presencia tiene en el cine; y en segundo lugar, poner en valor el inmenso talento de la realizadora y guionista francesa Céline Sciamma. La cinta es una pequeña joya de 80 minutos que se acerca a un tema todavía controvertido (que se lo digan a los de Hazte Oír) como es la transexualidad infantil, desde la sensibilidad y sutileza más absolutas. Aquí no hay estereotipos ni lugares comunes, sino una verdadera capacidad por parte de la cineasta de empatizar con (todos) sus personajes, y de hacer un film tan falto de moralismos como lleno de verdad. Frente a autobuses tránsfobos, cine de la más apabullante calidad.

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3. Weekend, de Andrew Haigh ( Reino Unido Reino Unido, 2011):
El responsable de la serie de TV Looking (2014), antes de dar el salto a la televisión y de lograr el reconocimiento internacional con su siguiente largometraje 45 años (2015), se marcó una de las mejores cintas gay de lo que llevamos de siglo. Esta suerte de ‘Antes del amanecer’ versión queer cuenta la historia de dos jóvenes que, tras encontrarse en un bar de madrugada, pasan todo un fin de semana descubriendo al otro (y a sí mismos). La cinta tiene un guión fantástico, de un romanticismo irresistible y una precisión emocional evidente. Y a partir de ese guión, Haigh despliega el talento visual que le caracteriza para construir una historia que, en un solo espacio y con dos personajes, consigue calar muy hondo en el espectador. De las cinco cintas que protagonizan este ranking, es quizás la más específicamente romántica, la que los que busquen una historia de amor en mayúsculas deberían ver. No se me ocurre mejor recomendación para el día del orgullo.

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2. Carol, de Todd Haynes Estados Unidos Estados Unidos, 2015):
El cineasta estadounidense Todd Haynes es un imprescindible  a la hora de abordar la temática gay en el cine. Esta está presente en Poison (1991), Velvet Goldmine (1998), Lejos del cielo (2002), pero sobre todo en Carol, adaptación de la novela homónima de Patricia Highsmith que cuenta la historia de amor entre dos mujeres en la América de los años 50. Delicada, sutil, elegante, precisa… los adjetivos se agotan ante una cinta tan compleja, en la que cada gesto, cada plano y cada mirada están llenos de deseo y sugerencia. Para ello es vital, en primer lugar, el trabajo de sus dos portentosas actrices protagonistas, Rooney Mara y Cate Blanchett, que saben envolver de misterio de sus personajes. Y por supuesto es también fundamental la labor de Haynes, un cineasta que a veces puede resultar algo frío, pero que cuida y explota al máximo cada una de sus decisiones en el film. Carol no es, ni debería venderse como, un derroche de pasión que emocionaría hasta al mismísimo Spielberg; al contrario, es una cinta que con la sutileza por bandera es capaz de llegar a lo más hondo del espectador. Un must-see absoluto.

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1. La vida de Adèle, de Abdellatif Kechiche ( Francia Francia, 2013):
Era esperable, lo sé. Es, desde su estreno en el año 2013, una habitual en las listas de este tipo. Pero así como he preferido no incluir otras opciones evidentes (Brokeback Mountain, por ejemplo, por mucho que me guste) para dejar hueco a cintas menos conocidas, La vida de Adèle tenía que estar aquí. Principalmente, porque es un modelo fundamental de cómo abordar el romance queer: consigue al mismo tiempo crear un relato universal del primer amor (sin importar el tipo de pareja) y contar un despertar sexual y un tipo de relación sentimental que es específicamente gay. Es decir, por un lado, es seguramente la película que con más acierto y delicadeza cuenta lo que supone enamorarse por primera vez, seas quien seas y ames a quien ames. Y por otro, capta a la perfección el despertar de una sexualidad diferente, sabiendo retratar la complejidad de ese proceso. Y además, nadie llora como Adèle: sus mocos son ya parte fundamental del imaginario fílmico de este siglo. Más allá de las polémicas y controversias que la persiguen desde el día de su estreno, La vida de Adèle sigue siendo una cinta a reivindicar. Imprescindible.

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0. Bonus track: otros títulos
Cinco son muy pocos puestos para la variedad e interés que tiene el cine LGTB+ en su conjunto. Aquí van otros títulos que bien podrían estar dentro del ranking:

  • La ley del deseo, de Pedro Almodovar (España, 1987)
  • Mi Idaho privado, de Gus van Sant (Estados Unidos, 1991)
  • Happy Together, de Wong Kar-Wai (Hong Kong, 1997)
  • El mar, de Agustí Villaronga (España, 2000)
  • Beginners, de Mike Mills (Estados Unidos, 2010)
  • Laurence Anyways, de Xavier Dolan (Canadá, 2012)
  • Pride, de Matthew Warchus (Reino Unido, 2014)
  • Tangerine, de Sean Baker (Estados Unidos, 2015)
  • Closet Monster, de Stephen Dunn (Canadá, 2015)
  • Heartstone, de Guðmundur Arnar Guðmundsson (Islandia, 2016)

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