La jovencísima y prometedora editorial Tránsito publicaba el pasado mes de abril El nenúfar y la araña, una autoficción escrita por Claire Legendre (1979). Es el cuarto libro de un catálogo coherente y sólido que apuesta por las narraciones vinculadas a la memoria, a lo autobiográfico, a la primera persona. El nenúfar y la araña es la primera obra de Legendre traducida al español. La autora comenzó su carrera en la literatura a los dieciocho años y, desde entonces, ha publicado varias obras que encajan dentro de la novela negra y la autoficción. Natural de Niza, vivió en Roma y Praga para posteriormente establecerse en Quebec, donde es profesora de creación literaria en la Universidad de Montreal.

Los fóbicos lo saben: la presencia de la araña en la habitación es mucho más odiosa que la araña en sí. […]. Porque si hay algo peor que el hecho de que te colonice una araña —o un tumor— es que te colonicen sin que tú lo sepas.

El nenúfar y la araña habla sobre el miedo, especialmente sobre el propio de los hipocondríacos, el miedo a la enfermedad y a la muerte, pero se manifiesta en todos los aspectos de la vida: el miedo al abandono, el miedo a que el amor se acabe, el miedo a volar, el miedo escénico, el miedo a las arañas, el miedo a ser juzgado, el miedo a merecer lo malo que nos ocurre, el miedo a vivir.

La profecía

A la protagonista de El nenúfar y la araña le profetizaron la edad de su muerte cuando tenía nueve o diez años: moriría a los veintisiete. Una gitanilla compañera suya le había leído la mano en el patio del colegio. En ese momento, no le pareció trágico, le quedaba mucho tiempo para cumplir los veintisiete. Tenía claro que a esa edad no se muere de enfermedad, sino por accidente, así que estaba escrito: moriría en un accidente de tráfico. Para evitarlo, su amiga Lisa y ella decidieron que se suicidarían tirándose por un acantilado, y planearon cada detalle: morirían en 2007, concretamente el 3 de julio, como Jim Morrison.

A los veintisiete años comencé a tener miedo a la muerte. Era algo nuevo. Quizá fuese entonces cuando comprendiese qué función había cumplido hasta entonces el 3 de julio de 2007. Aquel día, pronto para morir, estaremos de acuerdo, había sido un caparazón adolescente que al menos me protegía de morir antes.

Cuando la protagonista cumplió los veintisiete, todo cambió: ya no había ninguna fecha en la que se suponía que todo acabaría, lo que quería decir que podía morir en cualquier momento.

La paranoia del paranoico

La hipocondría es la enfermedad en torno a la que gira la novela. La protagonista vive sumida en una angustia perpetua e invisible, puesto que su mal no es un mal verdadero, sino que se apropia de los síntomas de las enfermedades mortales, las que se consideran reales. El hipocondríaco, escribe Legendre, siente una empatía tan grande que cuando un enfermo le cuenta sus síntomas, no puede sino hacerlos suyos, sentirlos en su propio cuerpo.

Cuando se tienen tendencias paranoicas hay que estar atento: para empezar, se cree que la gente es mala. Esa es la base. Pero cuando se es paranoico desde hace cierto tiempo, empieza uno a acostumbrarse, a intentar luchar contra ello.

Su necesidad de estar alerta lo conduce al agotamiento y, paradójicamente, a un exceso de ingenuidad. Cuando alguien lo traiciona, siente una pequeña victoria, porque eso quiere decir que tenía razón al ser un desconfiado, que su paranoia estaba justificada.

El complejo del novelista

La escritura es el único campo que la protagonista de esta novela siente que puede controlar. Está acostumbrada a que le digan, tras cada desgracia, que no pasa nada, que ya la convertirá en libro, pero, a pesar de que —aparte del amor— la escritura sea la única forma de tratar de dar sentido a la vida, no encuentra consuelo en ella. Deja sus desgracias por escrito por una cuestión de orgullo, porque lo único que puede hacer es eso: transformar lo que es caótico, circunstancial y sin sentido en un todo en el que cada pieza significa, cada pieza encaja.

La vida, quiero decir, la consistencia de la vida, es siempre desesperadamente menos importante que la forma que puedo darle, o que parece tomar en tanto que historia.

El nenúfar y la araña es una magnífica novela sobre la hipocondría, un bellísimo, a la par que terrible, testimonio sobre el dolor, sobre el miedo, pero también sobre la soledad, sobre el silencio, sobre la necesidad de controlar todo lo que ocurre dentro y fuera de nuestros cuerpos, sobre nuestra mortalidad, sobre nuestra fragilidad, sobre los peligros —imaginarios o no— a los que estamos expuestos; sobre la escritura, que no cura la herida, ni siquiera calma el dolor, pero sí que ayuda a comprenderlo.

 

Título: El nenúfar y la araña
Autora: Claire Legendre
Traductora: Laura Salas Rodríguez
Editorial: Tránsito
Fecha de publicación: abril de 2019
Páginas: 140
Precio: 16,90 €

ISBN: 978-84-949095-3-5

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