Henricus Antonius van Meegeren (1889-1947), más conocido como Han van Meegeren, fue un pintor estimado como uno de los más talentosos para las falsificaciones de arte de la Edad de Oro neerlandesa.

Desde niño Meegeren sufrió el desprecio e incomprensión de sus padres hacia su querencia por el mundo de las artes. Su padre le prohibió desarrollar una carrera artística y se familia le obligó a estudiar arquitectura. A causa de la gran fascinación de Han hacia la técnica y los colores empleados por los pintores de la Edad de Oro neerlandesa, tomó la decisión de dejar la carrera y dedicarse en cuerpo y alma a su verdadera pasión.

Tras abandonar la carrera universitaria en 1913, Meegeren luchó por llegar ser un artista y exhibir sus propias obras. Cuando ya contaba con un considerable número de pinturas, expuso su trabajo en una galería. Esta ocasión supuso una gran frustración y un revés en su carrera artística. Los críticos humillaron su obra y dedicación argumentando que carecía de originalidad. Este bajo juicio se debe a que Han Meegeren desarrolló fascinación por obras de grandes maestros del siglo XVII, una época que estaba en desacorde con las modernas técnicas y las vanguardias.

El pintor sufrió una profunda depresión por el desprecio que sus creaciones acogieron. Poco tiempo después, tomó la decisión de vengarse de los críticos empleando su enorme talento para elaborar algo que el mundo nunca había visto. Comenzó a falsificar pinturas de grandes artistas, entre ellos Frans Hals, Pieter de Hooch o Gerard ter Borch. Pero el que más fama le otorgó fue Johannes Vermeer. Estudió profundamente la obra de Vermeer, uno de los mejores pintores de su siglo. Consiguió replicar tan bien la obra de estos artistas, que los críticos consideraban sus pinturas como exquisitas y no eran capaces de reconocer que no eran auténticas. De esta manera se volvió millonario. Sacó partido a su talento y vendió falsificaciones como La joven de la perla de Johannes Vermeer por inimaginables cantidades de dinero. Meegeren consideraba que estos actos, si se llevaban a cabo, había que hacerlo a lo grande, y que mejor opción que replicar la obra de un gran artista como lo es Vermeer.

 

La técnica del artista

Meegeren estudió diversas formas para utilizar de los pigmentos propios de la época flamenca. Por una parte, el artista necesitaba lienzos que mostrasen el desgaste de 300 años. Para conseguir este efecto tuvo que emplear su ingenio y encontrar una solución para envejecer de forma natural las pinturas. Con el paso de los años, Han fue perfeccionando su técnica pictórica basándose en la obra de Vermeer y de el gran maestro Caravaggio.

Han Van Meegeren en su estudio artístico
Han Van Meegeren en su estudio artístico
La cena con Emaús por Han Van Meegeren (falsificación de Vermeer)
La cena con Emaús por Han Van Meegeren (falsificación de Vermeer)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de un largo trabajo de investigación y prácticas, solo le faltaba vencer un obstáculo. La pintura al óleo, una vez seca y con el paso de los años, se agrieta. Mezclando las pinturas con Baquelita (una sustancia que se asemeja al plástico y se endurece con el calor) y aplicando una capa de barniz, después de haber metido el lienzo en el horno, las obras simulaban el efecto craquelado y antiguo. De este modo, y ensuciando un poco la superficie de las creaciones, Meegeren logró que sus pinturas se contemplaran como auténticas y antiguas.

 

La condena a Han Van Meegeren

Durante la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler y el Partido Nazi siguen ganando terreno y adquieren una gran parte del arte neerlandés. Compraron las falsificaciones de Meegeren, y uno de sus “Vermeer”, que llevaba la firma del artista. Finalmente, al concluir la guerra, el cuadro acabó en manos del Mariscal del Reich Hermann Göring y Meegeren fue descubierto. El 29 de mayo de 1945 se arrestó al artista.

La acusación podría traer consigo graves consecuencias, incluyendo la pena de muerte. Se trataba de un caso de traición hacia todo el país por haber expoliado parte de la propiedad cultural neerlandesa y haber negociado su venta con los nazis. Por esta razón, Meegeren decidió confesar que los cuadros eran una falsificación y así solo se le acusaría de fraude. Al principio, las autoridades no le creyeron y debían probar que su confesión estaba en lo cierto. El abogado del artista negoció con los jueces y llegaron al acuerdo de que su cliente pintaría en directo cualquier obra de Vermeer para garantizar su confesión.

Han Van Meegeren en el juicio que le acusó de falsificación y fraude
Han Van Meegeren en el juicio que le acusó de falsificación y fraude

Fue condenado por falsificación y fraude el 12 de noviembre de 1947. Se confiscó toda su fortuna y la condena se redujo a únicamente un año de arresto. El autor de las imitaciones unca llegó a cumplir la pena ya que antes de ingresar en prisión sufrió un ataque cardiaco y murió el 30 de diciembre de 1947.

A pesar de que Han Van Meegeren es considerado uno de los mayores falsificadores de arte de la historia, su funeral fue multitudinario y siempre se le recordará como aquel artista que logró burlar a los críticos de arte nazis y salvar gran parte del singular patrimonio holandés.

 

 

 

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