La cuenta atrás ha comenzado. Una de las citas más importantes para el fútbol español e internacional llega el próximo sábado 24 de octubre. Después de una paralización del deporte a causa del coronavirus, y todavía sin asistencia en los estadios, FC Barcelona y Real Madrid se vuelven a enfrentar en un duelo en el que nadie sabe lo que puede pasar. Bien sea por desgaste, por problemas dentro del propio club o por las míticas lesiones del club blanco, ninguno de los dos equipos llega al 100%. Eso sí, de lo que no hay ninguna duda es que si algunos equipos pueden darle la vuelta a su situación en cuestión de segundo son Real Madrid y Barcelona.

La clasificación actual de la primera división no puede ser ningún tipo de referencia lógica. Debido a la situación sanitaria (y que no todos los equipos terminaron la misma semana la pasada temporada), no todos los clubes han jugado el mismo número de partidos. A pesar de esto, y con una clara diferencia de encuentros, el Real Madrid va tercero y el Barcelona noveno. No se trata de ningún dato aclaratorio, pero, aunque no se hayan disputado todos los minutos, ¿quién no quiere estar lo más arriba de la cima?

El problema viene cuando para llegar a la cima, primero hay que solucionar problemas dentro del propio club. Sin base no hay ni cima, ni escalada, ni montaña. El Real Madrid, a pesar de haber realizado un final de temporada enviable, vuelve a estar entre las cuerdas. Las ya más que habituales lesiones de jugadores blancos no permiten a Zidane disponer de todos sus futbolistas y hacer lo que más le gusta al francés: rotar. El club no podrá contar ni con Hazard, Odegaard ni Dani Carvajal. La presencia de Odriozola no está del todo confirmada, aunque todo parece indicar que el vasco podrá jugar el encuentro. Pero como dice la canción, «podía ser peor»: Sergio Ramos se lesionó en el partido frente al Cádiz, y las peores alarmas señalaban que el camero no iba a poder disputar el Clásico. Magia, ejercicios o milagro, el sevillano se ha recuperado.

Después de las salidas de Luis Suárez y Rakitic y del susto de Lionel Messi del FC Barcelona, el entrenador todavía debe encontrar ese once titular, y un tridente de lujo imbatible. El jovencísimo (y menor de edad) Ansu Fati parece que va a ser el digno sucesor de todo el espíritu de victorias del equipo culé, pero todavía falta algo. Todavía falta algo cuando los jugadores más fieles, solventes y típicos parece que se están apagando. Pero no hay que olvidar que lo que hace grande a un club es la capacidad de encender cualquier tipo de oscuridad.

Sea lo que fuere, Real Madrid y Barcelona perdieron sus últimos encuentros. Los blancos no fueron superiores a un Cádiz recién ascendido, y el Barça no aprovechó contra el Getafe la caída del Madrid. La emoción está servida. Esperemos que, en este caso para bien, el fútbol nos siga sorprendiendo.

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