Evolución no siempre significa progreso. Y, desgraciadamente, el paso del tiempo tampoco significa avance. Poco a poco se van superando los obstáculos, venciendo a los más retrógrados que encuentran diferencias entre el hombre y la mujer; pero hay veces que la piedra es demasiado grande. El deporte femenino ha empezado a ser reconocido –todavía no al mismo nivel que el masculino- pero han vuelto a salir a la luz casos sexistas, machistas e hirientes para la mujer.

Este mes de septiembre ha salido a la luz el documental Glassy, a basque women surf film, donde se muestran los problemas a los que se tienen que enfrentar en su día a día las mujeres en el deporte. Testimonios que relatan cómo hace unos años los jueces puntuaban a las surfistas “cervecita en mano y decidiendo cual era el culo más bonito”. El mismo documental recoge una comparativa de surfistas de diferentes edades, y pone de manifiesto si el problema, si la desigualdad, sigue latente entre las aguas. “Esperamos que no”. Ya no solo estamos hablando de desigualdad, de que no le dan el mismo valor al deporte femenino que al masculino, sino que estamos hablando de acoso sexual y verbal.

El fútbol. Uno de los mercados que más dinero mueven en el mundo y, sobre todo, en España. ¿Se ha hecho todo lo posible para que el deporte femenino ocupe el mismo lugar que el masculino? Probablemente no. Pero, también probablemente, los clubes han decidido empezar a actuar.

Hace solo 10 meses, en diciembre del 2018 se entregó el primer Balón de Oro de la historia, reconociéndole a Ada Hebergerg su talento y compromiso en el fútbol. ¿Alguien se imagina que Lionel Messi o Cristiano Ronaldo no hubieran sido recibido el Balón de Oro hasta en 5 ocasiones por el simple hecho de ser hombres? Entonces… ¿por qué Ada, u otras mujeres, han tenido que esperar hasta el 2018? Ni ese momento, el primero de la historia en el que se daba un primer paso hacia el reconocimiento femenino, estuvo teñido de igualdad. El dj de la gala, Martin Solveig, se refirió a la mejor jugadora de mundo con un comentario machista y muy desafortunado.

Pero si nos ponemos a hablar de “meses”, hasta hace cinco meses, el Real Madrid, uno de los mejores equipos del mundo no tenía equipo femenino. ¿Por qué no llegó antes? Aquí está el problema, en que todo esto está llegando muy tarde.

¿Qué mueve al mundo? ¿Quién? El fútbol y el resto del deporte es uno de los motores de este país, una unión (y desunión) que emociona, enamora y enloquece. El primer paso ya se consiguió: en marzo de este año, más de 50.000 personas acudieron a ver el Atlético-Barcelona femenino. ¿Por qué no se sigue apostando?

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