No hay dos sin tres. Y si no, que se lo digan a los equipos de fútbol que cambian a su entrenador hasta en tres ocasiones en una misma temporada para poder lograr su objetivo. Nunca se sabe cómo va ser el cambio, si se va a reconducir al equipo hacia el buen camino, o se va a terminar de hundir. Pero una cosa está clara; el riesgo es vida.

La temporada 2018-2019 del Real Madrid ha sido una de las peores de su historia. Pero tampoco se puede esperar ganar la Champions por cuarto año consecutivo. Antes de que la campaña comenzara, el fichaje del nuevo entrenador ya estaba teñido de problemas. Un día antes de que comenzara el Mundial de Rusia del 2018, el Real Madrid anunció que Julen Lopetegui, el entonces entrenador de la Selección Española, sería el próximo míster del Real Madrid. A las pocas horas, la Federación Española anunció su destitución. Lo que mal empieza, mal acaba.

Lopetegui había devuelto la ilusión en la Selección, así que poca gente pudo prever el desastre. Dos meses y medio después de empezar la temporada, fue destituido. Entonces empezaron los verdaderos problemas: Solari. Malas sensaciones, derrotas, mal juego… Pero Solari duró demasiado. Duró hasta que llegó la semana crucial del Real Madrid. En menos de 7 días, fue eliminado de la Champions, de la Copa del Rey y perdió muchas posibilidades de conquistar la Liga.

Cuando todo apuntaba a que Mourinho sería el nuevo entrenador, el Real Madrid anunció que Zidane volvía al club blanco. No se puede esperar convertir la nada en todo en poco tiempo, pero, al menos de momento, el francés cuenta con Navas, Bale, Marcelo, Asensio y, sobre todo, con Isco.

Pero esto no es todo. Otro de los tríos de entrenadores más recientes y que más cerca tenemos es el caso del Real Zaragoza. En la temporada 2016-2017, el club maño contó con Luis Milla para ascender a la Primera División. Aunque en un principio parecía que se iba a lograr su cometido, acabó siendo sustituido por Raúl Agné. El zaragozano empujó al Zaragoza al vacío y estuvo a punto de descender a la Segunda División B, pero un nuevo cambio de entrenador lo evitó. Cesar Láinez evitó el desastre, pero tampoco continuó la siguiente campaña. Esta temporada tampoco es una excepción para el Real Zaragoza. Después de haber llegado el año pasado a Play Offs con el goleador Borja Iglesias, este año han pasado por las filas blanquillas Idiakez, Lucas Alcaraz (que nunca debería haber pasado), y el actual Víctor Fernández.

Pero aquí todavía hay más. Tenemos para merengues, blanquillos, pero también culés. Bien es cierto que en los últimos años el Barcelona FC apenas ha tenido problemas con sus entrenadores. Nos tenemos que remontar hasta la temporada 2003. Los malos resultados de Louis Van Gaal obligaron al club a cambiar de entrenador poco tiempo después de haber empezado la temporada. Lo sustituiría Jesús Antonio de la Cruz, que aunque solo entrenó un partido, figura como uno de los entrenadores de la historia del club. Radomir Antic llegaría al equipo, pero no para quedarse. En verano sería destituido por Frank Rijkaard.

El Atlético de Madrid ha afianzado a Simeone como su entrenador, pero su pasado no es tan idílico. En la temporada 2009-2010, Abel Resino, Santi Denia y Quique Sánchez Flores entrenaron al equipo. Si nos remontamos a la campaña 1992-1993, ¡hubo hasta 6 entrenadores!

El tiempo pasa. Y esto lo saben el presidente, los jugadores y la afición. Por ello, no hay tiempo que perder. Pero puede que no siempre sea positivo, y que los cambios perjudiquen al nuevo juego del equipo. Quizás, antes de elegir al nuevo entrenador, se debería estudiar mejor su caso y, sobre todo, comprobar si está capacitado para lograr el objetivo del club.

 

 

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