Cada vez tengo más claro que existen aficionados de primera y aficionados de segunda. Primero Tebas con su sueño americano para LaLiga. Ahora Rubiales y los petrodólares con los que se le hacen chiribitas los ojos. Existe un intento cada vez mayor de usurpar el deporte rey por parte de los mandamases del fútbol español. Hace unas semanas lo volvimos a ver con la Supercopa de España disputada en Arabia Saudí.

Es ya la segunda vez que Rubiales se sale con la suya, y no será la última. La Supercopa de España ha pasado de ser el primer torneo de la temporada disputado en agosto entre el campeón de liga y el campeón de copa, a ser una final four disputada en enero a 6600 kilómetros de casa que, aunque pueda resultar atractiva, no deja de ser artificial. Y desesperadamente artificial. Tanto que llega a ser sonrojante. Ver un estadio medio vacío en un partidazo de nuestro fútbol como es un Athletic Club – Atlético de Madrid es triste, muy triste. Privamos a nuestros aficionados de poder llenar San Mamés o el Metropolitano a cambio de unos cuantos millones de petrodólares, de los cuales el aficionado de verdad, aquel que lleva años pagando su abono, no sacará ni un solo beneficio, por supuesto.

Por no hablar del esperpento que supone para nuestro fútbol llevar una competición así a países donde los derechos humanos son más que cuestionables, donde la situación de la mujer es vergonzosa y donde el 60% de la población vive en la pobreza.

Estamos vendiendo el fútbol a aquellos a los que les da igual destruirlo, si no que se lo pregunten al Valencia. Jeques, magnates, caciques o como queráis llamarlos, que se apropian de clubes históricos, le sacan todo el rédito posible y luego les dejan tirados, demostrando la escasa empatía hacia sus aficionados, hacia aquellos que lo hicieron crecer.

Pero esto ya no ocurre solo en los clubes, también en las competiciones. El propio presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional, Javier Tebas, ya intentó llevarse hace unos años un Girona – Barcelona a Miami, tratando de dejar a los abonados del Girona sin uno de los partidos más especiales del año. Por algo será que en todos los campos de España se escucha ese ya famoso “¡Tebas vete ya!”…

Rubiales está consiguiendo que dentro de poco se escuche lo mismo, pero con su nombre. Y es que es cierto que no tienen el mismo tirón mediático un Real Madrid- Fútbol Club Barcelona que un Athletic Club – Atlético de Madrid, pero no por eso no hay que respetar a estas aficiones y convertirlas en aficiones de segunda, obviando por completo sus intereses y privándolas de disfrutar de su equipo, frente a una afición que no llena los estadios, pero que aporta alegría a los bolsillos de la Federación.

Sin embargo, esto no ocurre únicamente en España, ni mucho menos. Sin ir más lejos, este año tenemos uno de los mundiales más controvertidos de la historia, y eso que aún ni ha empezado. Y es que la FIFA decidió enviar el mayor acontecimiento del fútbol mundial a un país con nula cultura futbolística y con unas condiciones de vida nefastas, sobre todo para la mujer, como es Qatar. Además, las abrasivas temperaturas de Qatar han provocado que el mundial no se celebre en verano, como es tradición, sino en invierno. Pero ya sabemos que cuando los petrodólares se asoman no hay solana que se interponga…

Me da pena este fútbol, un fútbol cada vez más artificial, un fútbol cada vez más postizo, un fútbol cada vez más fabricado. En definitiva, un fútbol cada vez menos fútbol.

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Un comentario en «Una Supercopa de España… en Arabia»

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