Cuando hace unos meses publicaba en este mismo medio »Moncloa a cualquier precio» ya barruntaba la indudable falta de responsabilidad que iba a suponer el mandato de Sánchez -que no del Partido Socialista-.

Con casi un mes y medio de experiencia, nos vemos autorizados para empezar a exponer la realidad del gobierno de Pedro Sánchez sin que suponga un acto de liberalismo desbocado. Pero la verdad, es que desafortunadamente nos ha terminado dando la razón.

Los presupuestos: un quebradero de cabeza.

Parece ser que eso de contar no se le acaba de dar muy bien, y es que ya tuvieron problemas con los presupuestos que heredaron del PP. Esta situación supuso una disyuntiva al PSOE donde las dos soluciones eran malas: primero, mantener unos presupuestos »poco sociales» pero aprobados con mayoría en la cámara; segundo, retirarlos y echarte encima aquellos a los cuales has implorado el voto que te ha hecho llegar a la bancada azul.

La primera ya era mala por que suponía dar una imagen a la sociedad que demostraba el declive de la socialdemocracia que canta la internacional y eleva la Rosa. Son capaces de aceptar unos presupuestos »liberales» que continuaban ahogando a la gente. Sin embargo, la segunda posibilidad podía implicar convertirse en el presidente del gobierno mas breve de la historia -como lo fue su primer ministro de cultura, injustamente retirado del cargo-.

Parece que la crisis de los presupuestos se pasó, pero de repente llega la señora Montero -que según parece, pretende hacer bueno al Señor Montero- y declara a la Agencia Efe, que no sabe si presentará los PGE el próximo mes de septiembre, por que no quiere hacerlo hasta que no se haya alcanzado el consenso necesario para su aprobación.

Esto es una muestra más de las pocas ganas que tiene el PSOE de hacer política y de arriesgarse en una batalla parlamentaria que pueda hacerle caer del cargo.

Del mismo modo ocurre con el problema que estamos padeciendo con la inmigración, tema en el que se está improvisando demasiado teniendo en cuenta que estamos hablando de la vida de personas.

O con Cataluña, donde se está permitiendo que un gobierno autonómico actúe con mayor potestad de la que tiene el propio Sánchez, y que actúa como si de un párvulo se tratara: »Habla chucho que no te escucho»; ellos dicen que sí a todo pero por detrás actúan con total impunidad, haciendo y deshaciendo como quieren. Pero hay que agotar la vía del dialogo y retirar la presión judicial.

Quizás debería Sanchez aprender, que eso que el llama »Presión judicial», el resto de españoles lo llamamos estado de derecho, e incluso Democracia.

Debemos entre todos hacerle ver al gobierno la necesidad de convocar elecciones, por que queremos tener el presidente que sea elegido por la mayoría, y la mayoría, según los últimos comicios, desde luego no dijo que Sánchez fuera presidente. Solo tenemos que darnos cuenta que un presidente que no refleja la voluntad de los españoles, que hace y deshace únicamente lo que el piensa que es correcto, se parece mucho a la gestión de aquel que quiere sacar de no se donde.

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