La culpabilización de la víctima es una actitud muy frecuente pero que, cada vez con más fuerza, se está eliminando de la sociedad. No obstante, seguimos muy atrasados… ¿Sabes en qué consiste y cómo lo explica la psicología?

Culpabilización de la víctima

Se entiende como culpabilización de la víctima toda aquella actitud en la que se hace responsable a una persona de haber padecido una situación de abuso.

TW: Agresión sexual // Violencia sexual

Es muy fácil de explicar mediante un ejemplo, y es lo que ocurre todavía hoy en día cuando una mujer denuncia que ha sufrido una agresión sexual. Seguro que te suenan las frases del tipo “¿Y qué llevabas puesto?”, “¿Cuánto habías bebido?”, “¿No le estarías provocando?” y muchas otras, que me parecen incluso de mal gusto nombrar.

Dicho así, y con la conciencia feminista que hemos desarrollado –y menos mal– muchas personas ya, parece una burrada que esto pueda seguir ocurriendo. Es más, parece mentira que haya personas que DE VERDAD desarrollan la culpabilización de la víctima sin ver lo equivocados que están ni lo doloroso que puede llegar a ser. Y lo cierto… Es que hay una explicación para esto.

La psicología ha estudiado la actitud de la culpabilización de la víctima. ¿Quieres saber a qué se debe?

Error de atribución fundamental

Puede que de primeras te choque y no entiendas nada. Pero te voy a explicar qué es eso del error de atribución fundamental y vas a entender perfectamente lo que ocurre con la culpabilización de la víctima.

Empecemos definiendo qué es un sesgo cognitivo. En la psicología social, se entiende como una distorsión de lo que procesamos. Es decir, se trata de una forma de interpretar erróneamente el estímulo que estamos procesando.

El error de atribución fundamental, también llamado sesgo de correspondencia, provoca que cuando una persona hace algo que consideramos malo o inadecuado, le atribuyamos un tipo de personalidad o creamos que es un tipo de persona de forma exagerada, sin tener en cuenta el contexto ni la circunstancia. Esto provoca que, a la vez, cuando nosotros somos quienes hacemos algo malo o inadecuado, sobreexpliquemos y justifiquemos la acción por el contexto y características de la situación.

Un ejemplo muy sencillo. Estás en el autobús y todos los asientos están llenos (PRECOVID, ¿EH? Distancia de seguridad y a lavarse las manitas siempre, chiques). Se sube una mujer mayor y ves que una chica sentada la mira y no se levanta. Piensas: qué mala persona, no tiene educación ni respeto. Sin embargo, cuando eres tú quien está sentada, estás pensando en lo mucho que te duelen los pies después de haber trabajado tantas horas y lo cansada que estás. Que es justificable y que ya se levantará otra persona, seguro.

Culpar a la víctima y error de atribución

Y ahora pensarás… ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ¿Por qué ese sesgo explica lo que ocurre con quienes culpan a la víctima?

Cuando una persona es víctima de un abuso, las personas tienden a explicarlo atribuyéndole rasgos de personalidad.

¡Por ejemplo! Vamos a utilizar una de las frasecitas rancias del principio. Alguien que no está muy al día con el tema de los abusos, escucha que han violado a una chica en una discoteca. Lo primero que piensa: Seguro que iba borracha. Después: Seguro que había estado provocando, y claro…

Es una barbaridad escribirlo, pero esto sucede hoy. Y sucede en los medios cuando exponen la ropa que las mujeres visten en el momento de una agresión, si habían bebido o no, si habían tonteado antes con el agresor o no. Están sobreatribuyendo a la víctima la responsabilidad de lo sucedido.

Otras situaciones que también influyen en la culpabilización de la víctima

Hay otros fenómenos que se suman al error de atribución fundamental. Existe, por ejemplo, la creencia en el mundo justo, que viene a ser algo así como el karma: si haces cosas buenas, vas a recibir cosas buenas. Entonces, si le ocurre algo malo a alguien… ¡Es porque algo malo habrá hecho! Y claro, como tu primo todas las Nochebuenas ha sido muy simpático y es el alma de la fiesta, todo bondad y risas, es imposible que sea responsable de la acusación por violación de una chica de su barrio, ¿no?

Pista: no.

También toma parte en este asunto el sesgo de retrospectiva. Es otro sesgo cognitivo que, como ya sabemos cuál es el desenlace de la historia, nos provoca que sobreestimemos la capacidad de la víctima para saber lo que iba a ocurrir. Hacemos, pues, responsables a la persona de no haber actuado conforme lo que se le venía. Te suena eso de “¿Y por qué te fuiste sola con él?”, ¿no?

Las cosas claras antes de irme

¿Sabes cuál es la causa del 100% de las violaciones en todo el mundo? ¿El alcohol? ¿La ropa que llevaba puesta? ¿El tonteo previo antes de decir que no? No.

El violador.

Seamos conscientes de esos discursos retrógrados que practican la culpabilización de la víctima y saquémosle los colores a todos los que la practiquen, incluyendo a los medios de comunicación. Ya es hora de que se haga justicia.

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