Mañana, 14 de julio, es el día internacional de la visibilidad no binaria. Si todavía no sabes de qué estoy hablando al referirme al género no binario, te recomiendo que antes de continuar con este artículo, leas qué es el género no binario.

Y yo sigo aquí, en mi palacio mental, dando vueltas y cuestionándome cosas (¿O te pensabas que iba a versionar a Paulina Rubio?). Pienso en mi DNI y digo: Qué irónico es que no me identifique. Pienso en cuando mi hermano iba a ser padre y se le cuestionaba si iba a tener un niño o una niña. Pienso en la de series que he visto a lo largo de mi vida, y en cuántos referentes no binarios encontraba cuando todavía era una persona insegura.

Pero, ¿cuántas personas se cuestionan este tipo de situaciones?

 

Día internacional de la visibilidad no binaria

Venga, vamos a caer en la típica tontería que hemos estado leyendo durante el mes del orgullo: ¿Por qué no existe un día internacional de la visibilidad binaria? Ok. Vamos a hacerlo de una forma sencilla. Vamos a hacer un pequeño cuestionario.

  • ¿Alguna vez has sentido miedo al rechazo de mencionar tu género?
  • ¿Alguna vez has preferido no decir tu género en voz alta?
  • ¿Alguna vez te has sentido confusa en los baños públicos, de si entrar al de “hombres” o al de “mujeres”?
  • ¿Alguna vez te has emocionado al ver en el cine o la televisión a alguien de tu género, por el hecho de pertenecer a dicho género?
  • ¿Alguna vez se ha cuestionado la existencia de tu género?
  • ¿Alguna vez se te ha ridiculizado por tu género?
  • ¿Alguna vez se ha sugerido que estás confusa por tu género?
  • ¿Alguna vez te has emocionado cuando te han preguntado si prefieres que te hablen en masculino, femenino o en género neutro?

Es fácil asumir que, para una persona binaria, o más bien, una persona cis, estas cuestiones nunca han tenido sentido. Para el colectivo trans, tanto quienes se identifican con un género binario como las que no, esto es nuestro día a día.

Acoso, insultos, invalidaciones, infravaloraciones. Ese es nuestro día a día. Ser activa en redes sociales hace que te lleves regalitos, por ejemplo, como el de «transformer». Parece que tengamos que conseguir grandes hitos para que se reconozca nuestra existencia. Parece que tengamos que pedir por favor el simple hecho de poder ser.

 

All I’m askin’ is for a little respect

Si te digo que mi género es no binario y tú no lo entiendes: pregúntame o infórmate. No me pongas caras raras o niegues mi existencia.

Si te pido que cambies el género con el que me hablas: hazlo. Lo contrario es transfobia.

Si te pido que utilices lenguaje neutro: no me hagas brometes come estes porque es ridículo y te retratas como una persona retrógrada. Y si me vienes con que esto no se contempla en la lengua castellana, te invito a buscar si, por ejemplo «hacker», ha estado toda la vida en la RAE.

Si te corrijo porque me llamas «mujer» y te digo que no lo soy, que soy una «persona», no te rías: corrígete.

Cualquier corrección no es un ataque. El lenguaje es confuso todavía hoy, y todas sabemos diferenciar cuando alguien comete un error o se nos está tratando de herir. Podemos comprender los errores. No podemos comprender la insistencia en el error: eso se llama transfobia, y es un delito de odio.

 

Somos personas tan válidas como el resto.

Existimos. Nuestra existencia no es debatible.

Estamos aquí. Y estamos orgullosas.

Feliz día internacional de la visibilidad no binaria.

 

Ilustración por Alison Czinkota / Verywell

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