Las Navidades del 2020, unas Navidades distintas, “anormales”, son las que nos están tocando vivir este año. Hace 1 año, todos o casi todos estábamos junto a nuestros seres queridos, sin mascarilla y abrazándonos. No obstante, este año las cosas han cambiado y nada de lo comentado anteriormente se concibe en la actualidad.

Las restricciones impuestas debido a la Covid-19 han provocado la impotencia por parte de muchas familias -que excedían el número de invitados- que esperaban al menos poder juntarse con sus seres queridos después de este año nefasto, y que no ha podido ser así.  No obstante, también hay una parte de la población que “agradece” esta situación, ya que así no han tenido, ni tendrán, que juntarse con algún familiar con el que no se llevan nada bien.

Las restricciones se han llevado a cabo en todas las comunidades autónomas, pero de distinta manera. En Aragón, no se ha permitido reunirse a más de 10 personas durante Nochebuena y Navidad, y tampoco se permite en Nochevieja y Año  Nuevo. El toque de queda establecido ha sido de 1:30-6:00 en Nochebuena y Nochevieja. También se ha permitido salir de la comunidad autónoma y viajar entre provincias durante los días mencionados. El resto de días se ha mantenido y se mantiene el toque de queda a las 23:00 y las reuniones inferiores a 6 personas. Cada comunidad autónoma tiene sus restricciones durante el 24, 25, y 31 de diciembre, y el 1 de enero en comparación con el resto de días de fiesta.

2020 

Mucha gente podría definir el 2020 como el peor año de sus vidas. Al menos, aunque en algunos casos a nivel personal no lo haya sido, a nivel mundial sí que ha sido el peor año.

El 2020 lo empezamos con la amenaza de la Covid-19, virus que apareció en China y que los países europeos veíamos lejano. No obstante, el 13 de marzo de 2020 la ciudadanía española se tuvo que confinar durante casi dos meses. Gran parte de la población pensaba que el confinamiento iba a durar un par de semanas, pero para su sorpresa, eso no fue así. La Covid-19 ha sido principalmente el mayor problema en nuestras vidas. Esta pandemia a nivel mundial ha provocado restricciones, cambios en el ocio, cambios en nuestras rutinas…, hasta tal punto que estos cambios se han convertido en nuestra normalidad. Cuando acabamos el confinamiento hablábamos de cómo iban a ser nuestras vidas a partir de ese momento, a lo que llamábamos “nueva normalidad”. Sin embargo, muchos de nosotros ya nos hemos adaptado a la nueva normalidad hasta el punto que ya no concebimos, ni esperamos, la normalidad que había antes, de hecho, esta “nueva normalidad” para muchos de nosotros ya es una “normalidad”. Pero, ¿Cuánto va a durar todo esto?  Actualmente, ya ha llegado a España la vacuna contra la Covid-19. No obstante, esto no significa que vayamos a poder volver a nuestras rutinas.

Lo que sí sabemos es que durante gran parte de la pandemia se ha culpado a los jóvenes de los fallos que han cometido muchos adultos. Es muy fácil culpar a personas que por la edad buscan pasárselo bien, pero al igual que los jóvenes saben salir de fiesta, también saben ser conscientes de la situación. Campañas como la de Madrid que insinuaba que si el abuelo de alguien moría era por culpa del nieto al que le gusta “pasárselo bien”, eran completamente innecesarias. También se han visto a muchos adultos no llevar a cabo las recomendaciones indicadas por el Gobierno de la mejor manera posible.

Muchos negocios se han reinventando para poder sobrevivir

Debido a la pandemia, han cambiado nuestras prioridades, y con esto muchas empresas han tenido que cambiar sus productos. Hay empresas que han dejado de vender ciertos productos, para vender otros con los que realmente obtuviesen beneficios, debido a que los productos demandados han cambiado. Por ejemplo: Muchas discotecas se han transformado en “bares” en los que poder tomar algo con un ambiente de “fiesta”. Todos estos cambios producidos por las empresas, debido a la Covid-19 han hecho que nuestra forma de socializar o el ocio que ahora consumimos también cambie. Por ejemplo, antes los jóvenes salían de fiesta cada dos por tres, y ahora, esto no se concibe. De hecho, se ha pasado del ocio nocturno al tardeo. Pero, ¿Nos acostumbraremos a esto hasta el punto del no retorno? ¿Realmente cuando todo esto acabe, podremos volver a nuestras vidas anteriores como si nada, o esto ya supone un cambio para siempre?

Estas son las preguntas que algunas personas se hacen, y que de momento no se van a poder contestar. Solo nos queda esperar y ver con nuestros propios ojos lo que va pasando.

Ha sido un año duro, a ver qué nos depara el 2021.

 

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