El deporte está repleto de historias y narrativas particulares, cada una de ellas marcada por sus protagonistas. En el fútbol, los principales héroes son los futbolistas capaces de marcar una época o, en su defecto, un momento que lo cambie todo. Para el caso del fútbol español, el evento que lo cambió todo fue el gol de Iniesta en la final del mundial. En otros deportes, cómo el baloncesto, Michael Jordan, Magic Johnson o Karem Abdul-Jabbar pasarán a la historia cómo los más influyentes. Un último ejemplo estaría en la Fórmula 1, con Michael Schumacher o la reciente época de Lewis Hamilton. Todos ellos son leyendas. 

Sin embargo, mi pretensión para este artículo es bien distinta. La intención tras estas líneas es reconocer la carrera y los méritos del recién retirado Yuzuru Hanyu. Con él se marcha una de las razones por las cuales comenzó mi interés por el patinaje artístico, por querer comprender más y mejor la esencia de un deporte tan bello y, a la vez, tan minoritario. A diferencia de otras piezas, esta necesita del componente personal de su autor para ofrecer una mayor comprensión a quien esté leyendo. Un pacto que ha de servir como una última oda al que fuera uno de los mejores patinadores de su tiempo.

Una carrera marcada por el éxito

El japonés cuenta en su palmarés con dos campeonatos olímpicos (2014 y 2018), dos mundiales (2014-2017), cuatro Grand Prix Final (2013 a 2016), un Cuatro Continentes (2020), varios campeonatos juveniles y seis veces campeón nacional de Japón (2012-2015 y 2020-2021). Una era que finaliza, con una estela importante de éxitos, marcada por su gracilidad sobre el hielo a la hora de patinar. Tampoco se podrá olvidar su afable sonrisa sobre el hielo al terminar. 

Durante su reinado, fue todo un pionero. Yuzuru Hanyu fue el primer patinador en completar un cuádruple loop y un cuádruple axel, antes de que estos se convirtiesen en la nueva norma del deporte y lo hayan arrastrado a una situación peligrosa. Esta nueva obsesión por programas repletos de cuádruples ha empujado a la ISU a normas y valoraciones que premian más la dificultad que la faceta artística. Al margen de polémicas, el japonés ha batido varios récords en la competición, alcanzando los 100 puntos en programas cortos, 200 en patinaje libre y, en total, más de 300 puntos. Fue de los primeros en convertir todas estas hazañas en una realidad.

Y en esta época de esplendor,  juega un importante papel la figura del patinador español Javier Fernández. La rivalidad sobre el hielo entre ambos derivó, durante unos años, en una preciosa competición que empujaba a cada uno a superar al otro, hasta alcanzar el español el punto de igualar la estadística de superar los puntos, como ya había hecho Yuzuru Hanyu. Sin embargo, fuera de la pista se respetan mutuamente y han mostrado una amistad que los ha llevado a ser mejores deportistas.

El fin de una era

Con el comunicado del pasado 19 de julio, el japonés pone fin a una carrera marcada por los éxitos e importantes compañeros y rivales que se han cruzado en su camino, cómo es Javier Fernández. Los últimos años, marcados por la discontinuidad y las lesiones, le han empujado a perseguir nuevos retos en su vida. Aunque reconoce no volver a competir, continúa sintiendo la necesidad de patinar y completar el objetivo de alcanzar un cuádruple axel, técnica que todavía se le resiste. 

Cansado de comparaciones absurdas y dudosas valoraciones, Hanyu cuelga los patines. No cabe duda, está iniciando una nueva etapa del patinaje artístico. Porque con la ausencia de figuras cómo Fernández o Hanyu, entre otras, se pone fin a toda una era. Solo queda agradecerles todo lo que nos han ofrecido sobre el hielo y disfrutar de las nuevas generaciones que llegan, cada vez más exigentes. 

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