La privación de la libertad es la pena más grave en nuestro sistema jurídico. Pero claro, esto depende de a quién se aplique. Parece que a los inmigrantes, a los simpapeles —como les gustan llamarlos— sí se les puede privar de sus libertades en los CIES (Centros de Internamiento de Extranjeros).

Sabes que algo se está haciendo mal cuando en una cárcel (el centro penitenciario de Archidona, por ejemplo), destinada a encerrar a políticos corruptos, banqueros, asesinos o pederastas, están siendo encerrados inmigrantes. Inmigrantes cuya única infracción es ser simpapeles. Una infracción que ni siquiera es ilegal, sino una falta administrativa.

Según  declaró nuestro exministro de Interior cuando aún lo era, Juan Ignacio Zoido, “la cárcel de Archidona tiene mejores condiciones que cualquier CIE”. Señor Zoido, permítame que dude de su palabra. A no ser que para usted buenas condiciones sean: pasar frío, que no haya agua potable, que la comida sea escasa, y las condiciones de higiene sean pésimas. Se me ocurre que los podríamos llevar a Estremera, con algunos colegas, allí seguro que tienen buenas condiciones de verdad.

Las leyes están para cumplirlas. Para cumplirlas cuando a algunos les place. Los referéndums son ilegales, convertir una cárcel en CIE totalmente legal. Al menos así parece ser para nuestros gobiernos. Aunque, si acudimos al artículo 62 bis 1 de la Ley de Extranjería, podemos ver que este internamiento lo incumple. Pero, como bien dice el refranero español, “hecha la ley, hecha la trampa”. Y de trampas ellos saben un rato.

¿Tiene justificación este sistema de represión y expulsión, cuando en España salen más personas de las que entran? Se podría evitar sufrimiento. Sufrimiento de inmigrantes que se han cruzado todo un océano en patera, o que han intentado saltar las vallas de Ceuta y Melilla en 3, 4 y más ocasiones. Sufrimiento de personas que solo buscan un lugar donde poder ser eso, personas.

Como decía Aristóteles, “no se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. España y su gobierno son, de nuevo, la prueba del ser y no ser algo al mismo tiempo. El PSOE se erige como la opción de gobierno progresista, pero mientras sigue teniendo encerrados a miles de inmigrantes en cárceles. Sí, cárceles al fin y al cabo, aunque muchos quieran disfrazarlas en CIES.

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